Secciones
Servicios
Destacamos
Un Pinocho que bucea en el texto original de Carlo Collodi y se aparta de la versión canónica de Disney llega este sábado (18.30) al Teatro Zorrilla de la mano de la compañía italoholandesa Canti Vaganti. La distancia respecto de otras versiones se marca ... incluso desde el título, 'Pinocchio', que anticipa que el espectador se encontrará una combinación entre lo que ya conoce y lo que no, contado de otro modo y con otra estética.
«Soy muy fanático de Pinocho porque soy italiano y representa mi raíz, y además es probablemente el cuento más conocido del mundo», explica en perfecto español Bruno Gullo, el actor que encarna al niño de madera que se resiste a madurar. Su devoción por la obra tiene, además, motivaciones familiares, porque el intérprete italiano es, en la vida real, hijo de un carpintero, lo que marca un indudable aire de familia con su personaje.
A Bruno le acompaña en el escenario Kateleine van der Maas, que afronta el desafío de poner en escena todo el resto de los personajes de la obra. Ambos son cofundadores de Canti Vaganti, una compañía que se caracteriza por fundir el teatro íntimo, la música y el humor. «Bailan con energía desenfrenada por la vida. Saben conmover a corazones de todos los colores y tamaños con sus propuestas atrevidas y accesibles a la vez», dicen de sí mismos en la promoción del espectáculo 'Pinocchio'.
La adaptación teatral es obra de Kateleine van der Maas y José Luis Sixto, uno de los codirectores de la obra, junto a David Ottone. «Escenificar un cuento con tantos personajes con sólo dos actores en el escenario es un auténtico reto, máxime cuando nosotros no hablamos en el escenario, o al menos no en un idioma comprensible», explica Gullo. Por ello juega un papel crucial la voz de Alberto San Juan, narrador omnipresente.
¿Y cómo es posible resumir Pinocho con dos actores? Pues recurriendo a todos los recursos que el teatro ofrece: desde una cuidada y artesanal escenografía, a un despliegue de máscaras, luces, marionetas, teatro de objetos y montajes escénicos para evocar, por ejemplo, el mundo del circo o la ballena que se traga al niño de madera. Asimismo, la obra cuenta con música original de Mauri Corretjé (Riera Sound), aunque no se interpreta en directo.
La obra tiene la decidida voluntad de ir más allá de la versión Disney. «Comenzamos con una escena con juego de sombras en la que, en apenas cinco minutos, contamos el cuento según la versión que Disney popularizó. A partir de ahí comienza la obra de verdad», explica el intérprete de Pinocchio. «La obra de Collodi es muy laberíntica y en la mayoría de las versiones se ofrece una visión muy suave y excesivamente simple, demasiado sencilla; el cuento es mucho más complejo». Como muestra, un ejemplo para ver las diferencias: en la obra de Disney el grillo es un personaje que tiene una presencia constante como una «voz de la conciencia» del niño de madera. En el libro, en cambio, en cuanto el grillo empieza a ejercer de conciencia, Pinocho lo mata de un martillazo. «Y como este detalle hay otros», recalca Gullo.
«El Pinocho del libro es un niño malo, travieso, con un fondo de picardía como los niños de la novela picaresca española, como el Lazarillo o el Buscón». Los niños que acudan al espectáculo -de 50 minutos de duración- verán en escena a un Pinocho que se comporta como a ellos no se les permite, pero al que le va muy mal actuando así. «Pero cada vez que se cae logra levantarse. Esto es también importante en esta obra», explica el actor.
El intérprete de Pinocchio destaca el trabajo realizado con las máscaras, así como el impacto de una escenografía elaborada artesanalmente, en gran medida en madera, y evocando los tonos propios de una verdadera carpintería. «De hecho la carpintería es el escenario y en ella se encuentran todos los elementos que luego se van desplegando en la función, desde las máscaras a las marionetas», explica Gullo. En la parte final, el escenario se transforma para convertirse en circo, primero. y luego en ballena «mediante un sistema de cuerdas y mucha creatividad» que sólo los espectadores podrán desvelar. «Es un teatro muy físico, en muchos sentidos crudo, pero sin perder de vista el lado cómico de la obra, que es muy importante».
El mismo sábado 19, a las 20 horas, Paco Zarzoso despliega en el Zorrilla su obra 'Piedra y encrucijada', que define como «un gran manifiesto poético de amor al teatro». Se trata de una comedia que gira en torno a una piedra, convertida en el elemento central de la escenografía, y que nos muestra el encuentro de un personaje, interpretado por el propio Zarzoso, con su encrucijada personal. Pero esta circunstancia singular se convierte en escaparate y metáfora de otras muchas vidas de la actualidad.
'Piedra y encrucijada' está considerada la obra más rompedora de Paco Zarzoso, un veterano actor y dramaturgo, con más de treinta obras escritas; una pieza «que juega entre lo biográfico y lo teatral, lo real y lo meta teatral». Es un trabajo «que bascula entre la representación abstracta, el realismo chejoviano, el humor absurdo y la meta realidad». La obra cambia de registro con total libertad, provocando a veces el desconcierto del espectador. «Una y otra vez se rompe la cuarta pared. Se vuelve a construir y se vuelve a romper. Cada vez que el espectador cree saber lo que está viendo y se relaja, lo volvemos a sacar con un elemento nuevo. Eso sí, este juego siempre está al servicio de lo que queremos contar y sugerir en el público, no es para nada una recreación intelectual». Y como telón de fondo, temas universales como las relaciones con nuestros padres y nuestros hijos, o las dudas que surgen a la hora de tomar decisiones importantes en las encrucijadas de la vida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.