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A una semana del cambio de hora y las vacaciones de Semana Santa, los teatros recuperan el pulso habitual para deleite de los aficionados a las artes escénicas. Este arranque de abril acerca un nuevo y variado repertorio con diferentes propuestas sobre las tablas de ... Valladolid, compuesto de obras para todos los gustos y concebidas para quienes deseen pasar, reclinados sobre las butacas, un paréntesis cultural y agradable este fin de semana.
El Teatro Zorrilla acoge este sábado el monólogo 'En demasía' de Joaquín Pajarón, y el domingo la despedida de Moncho Borrajo '¡Se acabó!' y el espectáculo infantil 'Quijote para toda la familia'. La función 'Se alquila', que dirige y protagoniza Andoni Ferreño y se iba a representar el viernes en este espacio ha sido cancelada por enfermedad del actor.
Desde el LAVA, este domingo podrá verse 'Mentira cochina' de Cal Teatre, mientras que el sábado Mónica López encarna a Carmen Díez de Rivera, jefa del Gabinete de la Presidencia del Gobierno a las órdenes de Suárez, en 'Carmen, nada de nadie', una reflexión política e histórica dirigida por Fernando Soto: «Es símbolo de una lucha utópica por ciertos ideales que son necesarios hoy: la creencia de que un mundo mejor es posible, que tanta falta nos hace cuando estamos invadidos por un sistema perverso, neoliberal y capitalista», explica el director. El libreto de la obra viene firmado por Francisco M. Justo Tallón y Miguel Pérez García «Es la puesta en escena de un momento crucial de la historia reciente de España, visto a través de los ojos de una mujer única que luchó por un país normal donde todas las personas pudieran hablar, con independencia de su ideología», expone este último.
También con buena carga política se encuentra este sábado en la sala Al Norte a la Izquierda el monólogo feminista 'No solo duelen los golpes', un espectáculo revulsivo y de gran éxito desarrollado por la actriz, comunicadora y escritora Pamela Palenciano.
Por su parte, el Teatro Cervantes concluye el fin de semana con más humor, a cargo de una sesión doble el sábado de 'El ventrílocuo' de Jaime Figueroa y el monólogo de Fran Pati en el ciclo 'Noches Golfas'. Previamente, el espacio teatral apuesta este viernes por una versión rabiosamente fiel del más clásico de los clásicos de Calderón de la Barca: 'La vida es sueño', a cargo de Manuel S. Hoyos: «Se ha hecho una adaptación del texto original porque hay términos en desuso que dificultarían la comprensión de la obra y se ha aliviado la carga dramática en algunas escenas», anticipa el dramaturgo. Con todo, su vestuario y puesta en escena pretenden trasladar con total lealtad el mensaje calderoniano de un clásico de nuestra Literatura: «Nos obliga a hacer un viaje desde la sonrisa y el optimismo sabiendo que vamos a despertar; es una obra que habla de las grandes pasiones humanas: el amor, la fraternidad, la envidia, el perdón… Pone en relieve lo frágil es el poder y cómo estamos en la vida al servicio de nuestros semejantes».
En líneas similares se mueve el Calderón con otro de los textos de referencia de nuestras letras; 'La casa de Bernarda Alba', durante todo el fin de semana, a cargo del Centro Dramático Nacional. En este coliseo también podremos ver este sábado en el Salón de los Espejos la instalación artística y performativa 'Ovo', de la compañía We Tum Tum, y 'La biblioteca imaginaria' de Teatro Arbolé, el mismo día en la sala Delibes.
Por otro lado, el Teatro Carrión auspicia el viernes un único espectáculo melódico, a cargo del músico urbano Al Safir, mientras que el Auditorio Miguel Delibes acoge, tras varios conciertos de la OSCyL el viernes, el espectáculo 'Enigma Shakespeare' de Teatro de Poniente, el sábado, y el show 'Martita sea!' de la influencer Martita Graná, el domingo.
Referente generacional de un tipo de humor y una comedia muy concreta, Moncho Borrajo se encuentra en gira de despedida con su espectáculo '¡Se acabó!', que el cómico presenta este domingo en el Teatro Zorrilla de Valladolid. Con este número, Borrajo dice adiós a las tablas, aunque espera seguir pintando y escribiendo, «antes de ser recordado con un bastón o hablando mal».
«Necesito mandar en mi tiempo porque mi tiempo ha mandado demasiado en mí», sentencia. Horas de vuelos, carreteras, espectáculos y viajes han llevado al humorista de 74 años de edad a «tomar la decisión más bonita que se puede tomar en la vida», y recordando a compañeros del gremio recientemente fallecidos como Maricarmen o Arévalo, resuelve irse «con dignidad y la medalla del cariño del público».
Borrajo baja del escenario y con él el telón, pero no sus convicciones. «Me sigue pareciendo triste el espectador con piel de mariposa al que todo le afecta y cuyos puntos tristes de ofensa quieren coartar la libertad de los cómicos», lamenta. Este domingo vertebra en Valladolid un número donde toca todos los palos de lo que de él esperan sus incondicionales: humor clown, sketches de cine, gags escatológicos, críticas políticas y números musicales: «Al teatro hay que ir limpio y a pasárselo bien, y a hacer algo que ya nadie hace: estar dispuesto a reírse de sí mismos».
Borrajo no piensa en la muerte, pero sí en sus epitafios; 'Perdonen que no me levante: estoy ensayando' y 'Recuérdenme como persona; lo otro ya pasó'. «Me encanta ver a gente joven que sigue yendo al teatro, me hace pensar que aún no estoy muerto», filosofa. Y se despide con un equilibrio entre el agradecimiento «al teatro en general, y a Valladolid y a Enrique Cornejo en particular», y la última travesura: «Molestar en redes sociales me encanta, porque se desarticula cualquier insulto desde la elegancia».
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