Carmelo Gómez: «Quiero limpiar la figura de Federico García Lorca»

La obra 'A vuletas con Lorca' se representará este sábado en el Teatro Zorrilla (20.30 horas) y es descrita por Carmelo Gómez como «un casi documental sobre la vida de Federico a través de sus palabras, los lugares y las personas de su vida». Declamará algunos poemas enteros, pero muchos serán fragmentos. «Se trata de hablar de Lorca sin suplantarlo y sin componer nunca el personaje. Pero Lorca está presente durante toda la función».

El proyecto tiene otro propósito más, que explica el actor leonés: «Queremos limpiar la figura de Lorca. Se han dicho muchas cosas de él que no se ajustan a la verdad. No se casaba con nadie». Se trata de dejar fuera ciertas visiones y de incorporar otras. Como, por ejemplo, la importancia que la espiritualidad tuvo en su vida, pues la fe no fue sólo una creencia adolescente. «Fue creyente hasta el final. Cuestión distinta es que no tuviera buena relación con la jerarquía de la Iglesia», explica Carmelo Gómez, que en los últimos años se ha empapado de la vida y obra del autor del «Romancero gitano» o «Yerma», y que incluso ha conversado con el historiador Ian Gibson, especialista en la vida del autor de 'La casa de Bernarda Alba'.

También quiere reivindicar la obra el carácter trágico, más que dramático, de su obra. «Lorca puede ser visto desde muchos puntos de vista. El nuestro incide en la tragedia y resalta que tiene una visión universal de corazón panorámico», explica Carmelo Gómez. «Lorca es cante, es el pueblo, es raíz, pero mezcla todo eso con la tradición cultural culta: Homero, Ovidio, los poetas arábigo andaluces, nuestros clásicos del Siglo de Oro y también otras figuras imprescindibles como Shakespeare».

El origen de 'A propósito de Lorca', que está dirigida por Emi Ekai, está en un encargo que Carmelo Gómez recibió para dramatizar unas lecturas sobre Lorca que le obligaron a aprenderse una parte importante de su repertorio poético. Por esas mismas fechas, le invitaron a dar unas clases de teatro a partir de la dramaturgia de Lorca. «Me empecé a especializar en Federico y, como ya había tenido que aprenderme sus poemas, vi que lo más difícil estaba hecho».

A partir de ahí había que buscar el modo de darle forma a todo eso. Y la idea surgió en el Festival de Teatro Clásico de Olmedo, en Valladolid, en una edición a la que asistió Carmelo Gómez y en la que se presentó un libro sobre 'El caballero de Olmedo', de Lope de Vega. «De noche le mataron al caballero de Olmedo», recita Gómez, que ve aquí la conexión entre dos trayectorias marcadas por la tragedia. «Vi una semejanza entre el personaje y el poeta que nos permitió dar la forma final al proyecto».

Hay otra conexión más: cuando Federico decide abandonar La Barraca, la compañía teatral de carácter popular con la que ha recorrido los caminos y los pueblos de España, la obra que se está representando, la última en la que participaría, es justamente 'El caballero de Olmedo', una obra esencialmente trágica. «Podría decirse que a partir de ese momento la tragedia va instalándose también en la vida de Federico García Lorca».

Una tragedia que él mismo anticipa. «Escribe mucho sobre su muerte. Da la sensación de que fuese oráculo de sí mismo».

Muy importante en el espectáculo es el papel de la música, que permite acompañar y dar volumen a todo lo que se representa. «Tenía que ser un piano porque Federico era pianista y nunca dejó de tocar el instrumento. Aunque es verdad que, en un momento dado, sobre todo al descubrir los versos de Antonio Machado, decide cambiar de vocación y apuesta por la poesía».

Hay muchos aspectos de su vida que no han podido tratarse en un espectáculo que se ve obligado a condensarlo todo en 90 minutos. «Hubiera querido hablar del poeta Luis Rosales, que fue muy importante en su vida. Pero no fue posible», explica. Lo que ha sido excluido intencionadamente de esta «fiesta poética», como ha sido descrito la obra por la crítica, han sido las relaciones políticas del poeta, aspecto que se ha preferido obviar.