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Un pasaje de 'El alcalde de Zalamea'. Pío Baruque
Historia de un castigo para abrir Olmedo Clásico
Opinión

Historia de un castigo para abrir Olmedo Clásico

Teatro Corsario puso en escena 'El alcalde de Zalamea' con unos versos del siglo XVII sobre la desigualdad y el abuso de poder que aún nos resultan familiares

Carlota Esteban

Lunes, 22 de julio 2024, 11:27

En la Corrala Palacio del Caballero, Teatro Corsario fue el encargado de dar inicio al Festival de Teatro Olmedo Clásico en su decimoctava edición con la representación de 'El alcalde de Zalamea', de Pedro Calderón de la Barca, una pieza donde se plasma el drama de la deshonra y la desigualdad social con la historia de la violación de una mujer, hecho que no debe quedar impune y recibe su sanción.

  • 'El alcalde de Zalamea', de Calderón de la Barca. Teatro Corsario. Dirección: Jesús Peña. Intérpretes: Carlos Pinedo, Blanca Izquierdo, Javier Bermejo, Pablo Rodríguez, Luis heras, Raúl Escudero, Alfonso Mendiguchía. Teresa Lázaro.

    Escenografía y vestuario: Jesús Peña, Lupe Estévez..
    Iluminación: Xiqui Rodríguez
    Música: Juan Carlos Martín
    Técnico de sonido: Xabi Sainz
    Vídeo escena: Jesús Peña

El público asistente a este primer espectáculo de los trece que ocuparán la programación del Festival pudo disfrutar de un 'Alcalde de Zalamea' que ofrece la historia de un castigo, del reclamo de justicia, en una interpretación fresca que nos descubre aspectos de la que es una de las más conocidas y reconocidas piezas del dramaturgo, revelándose como testimonio de la actualidad del clásico. Teatro Corsario, con Jesús Peña como líder, brindó a los espectadores la oportunidad de asistir a una puesta en escena que nos invita a acercarnos a los versos que en el siglo XVII Calderón escribió, y que hoy en 2024 aún nos resultan por desgracia tan familiares.

El horror de la violencia contra la mujer y la desprotección ante los abusos del poder como consecuencia de la desigualdad social vertebran la trama. Una escenografía discreta que pone el énfasis en el trabajo actoral, la interpretación de piezas musicales en directo y una iluminación revestida de significado sirven como complemento indispensable de un espectáculo que apuesta por la importancia del texto calderoniano. El drama de honor que abrió el Festival en esta edición fue muestra de eso que año tras año Olmedo Clásico pone de manifiesto: lo mucho que a nuestro teatro clásico le queda por contar.

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