Un dúo de ballet separado por 1.350 kilómetros

«Surgió de la necesidad de soñar que saldríamos de esta, que volveríamos a los escenarios, de las ganas de evadirnos», dice la bailarina guipuzcoana. Encargaron una pieza a su amigo Yuri Possokhov, compañero de Lucía en el Ballet de San Francisco. El coreógrafo ucraniano creó 'Snow Storm', a partir de un cuento de Pushkin y partitura de Gregory Sviridov, sobre la imposibilidad de casarse de un joven soldado y su amante en el bosque por la nieve. «Aquello solo iba a ser una pieza nueva para las galas. Pero luego seguimos añadiendo y Ann Hop nos hizo 'Stillness' y 'Close'». Estas dos piezas giran en torno al vacío y la distancia, con música de Chopin. El murciano Juanjo Arqués ideó para ellos la coreografía que da nombre al espectáculo, 'Fordlandia', sobre la ciudad que levantó Henry Ford en Brasil para producir caucho en los años 30. Un hongo arrasó con la plantación y mutó en ciudad fantasma. Finalmente 'After Rain', de Christopher Wheeldon, con música de Arvo Pärt es la única que fue creada con anterioridad, para el New York City Ballet.

Bailarina, no coreógrafa

«'Fordlandia' es un sueño que empieza en el teatro vacío, desnudo de público, decorados y atrezo, como lo dejamos cuando comenzó el confinamiento.Dos bailarines se encuentran pero no hay nada que hacer ni bailar. La música nos lleva por un bosque, a una playa, los espacios al aire libre recreados con un montaje audiovisual dan sensación de libertad y en cada uno de esos lugares bailamos. Nos encontramos. 'After Rain' nos permite volver a la realidad», explica quien fue elegida bailarina de la década en 2011 en San Petersburgo.

Lacarra ha trabajado en ballets de Marsella, París, San Francisco y Munich. Nunca se ha sentido coreógrafa. «Un bailarín participa y colabora con el coreógrafo pero son dos profesiones diferentes. Soy un instrumento al servicio del creador de la coreografía, me expreso bailando. Nunca sentí la llamada de querer crear. Para eso es necesario otra inspiración, otra creatividad y ganas de expresarte con la mente», dice esta compañera de Tamara Rojo y Ángel Corella. La primera dirige el Ballet de San Francisco y el segundo vio truncada la historia de la compañía con su nombre que fue apoyada por la Junta de Castilla y León.

Lucía formó parte del Ballet de Víctor Ullate que dirigió en 2018 hasta su cierre en 2020. «El ballet en España tiene este problema desde hace muchos años. Una compañía como la de Ullate con 30 años de historia y tiene que acabar cerrando.España es un país con mucho talento y una larga tradición de danza pero luego no hay una infraestructura que la sostenga. No hay instituciones que tengan ballets residentes y solo quedan iniciativas privadas, espectáculos pequeños que nos permiten expresarnos y seguir creando», dice la bailarina. «También tenemos que hacer autocrítica, los profesionales del ballet no somos solidarios, hay mucho individualismo. Mientras el mundo de la danza no se una, no tendremos fuerza ni una voz que hable por nosotros». De momento 'Fordlandia' seguirá creciendo con más bailarines.