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Pasan legislaturas y crisis y la situación de las artes escénicas de Castilla y León se degrada cada vez más. Artesa, la asociación profesional que agrupa a 21 empresas, denuncia que las medidas anunciadas por la Consejería de Cultura no se han puesto en marcha, que desconocen cómo y cuándo podrán retomar su actividad y que, en cualquier caso, necesitan liquidez tras cuatro meses cerrados y un año incierto.
Tomás Martín, presidente de Artesa, celebra las «buenas palabras» que siempre han tenido tanto del consejero, Javier Ortega, como del viceconsejero, Raúl Fernández, aunque se «han quedado ahí, a pesar de que eran medidas urgentes». Tras trasladar el gremio su situación al inicio del estado de alarma, los responsables políticos anunciaron un paquete de medidas. «Se dijo que destinaban 8,5 millones para paliar los efectos de la pandemia. De ellos 4,5 para patrimonio, industrias culturales y turismo y el resto, para el deporte. Para empresas culturales fueron finalmente 850.000 euros. La orden de convocatoria especifica que se puede solicitar en tres líneas: para gastos corrientes con una partida de 450.000 (2.000 euros como máximo por compañía), para digitalización y otra línea para asociaciones profesionales. Pero es que no ha salido la convocatoria aún. Cuando retomemos la actividad no habrá ayudas, quizá para final de año».
Martín recuerda que los acuerdos nacionales piden a los programadores no suspender sino aplazar los espectáculos y hacer adelantos de pagos. «Por ejemplo eso es lo que ha anuncia el Ayuntamiento de Valladolid. Mantiene los contratos y hace un adelanto de un porcentaje de lo que pagará cuando se haga el trabajo. Eso permite ir teniendo liquidez para pagar las facturas. No ha ocurrido en el ámbito regional, no hay nada concreto».
Especiales coronavirus
Tratar de salvar «el pobre tejido empresarial de las artes escénicas en Castilla y León» es el principal interés de Artesa. «Individualmente podemos ir salvando la situación gracias a ERTEs, a la protección que tienen los que son autónomos. Pero como colectivo, Castilla y León se queda sin teatro», apunta Martín.
Es ya tradicional la queja de la poca contratación que hay en la región de los espectáculos que aquí se producen. Para ello aportan los datos de 2019, cuando de las 29 compañías de Artesa, 28 fueron contratadas para 74 funciones en la Red de Teatros y para 90 en los Circuitos Escénicos (ambos suman 107 escenarios), es decir una media de 5,8 funciones por compañía. Para 2020 estaba previsto un descenso del 16% de funciones menos y un 27% menos de ingresos. Las compañías de Artesa han decido que «dejarán de inscribir sus espectáculos en la convocatoria de enero de 2021».
La Comunidad a Escena
Artesa propone que en la convocatoria de subvenciones se amplíe el periodo de ejecución a 24 meses, lo que permitiría una planificación más a largo plazo concentrar el presupuesto en una producción de mayor calidad. Recuerdan que aspiran a volver a las cantidades de 2010, cuando el sector recibía 600.000 euros al año que en 2018 fueron 320.000. Animan a retomar la implantación del programa La Comunidad a Escena, que se celebra en el auditorio Miguel Delibes con una exitosa respuesta del público, en toda la región, así como el programa Biblioescena, del que tampoco saben nada.
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