Álvaro Manso: «En '30 monedas' el pueblo de Pedraza fue un plató»

«30 monedas' es un proyecto enorme dentro de lo que son las series de televisión en España. Es una gran apuesta de HBO, la segunda en nuestro país después de 'Patria' y se ha grabado casi toda ella en Pedraza (Segovia) usando el pueblo como un gran plató», explica Álvaro Manso. «La experiencia fue brutal porque el lugar es muy bonito y estuvimos allí mucho tiempo».

Manso recuerda de la localidad segoviana que es un lugar que te atrapa. «Una vez que estás allí no te quieres ir. Te atrapa por su belleza y por su comida. El equipo de la serie no hacemos más que buscar excusas para programar una vuelta a ese entorno maravilloso». Pero también se sintió atrapado por su gente: «nos cuidaron muchísimo, pese a que éramos un grupo grande de personas que llegábamos al lugar y les invadimos el pueblo durante dos meses: Pero nos dieron todo tipo de facilidades».

En la serie, de la que se han emitido dos de los ocho episodios rodados, Manso interpreta a un ayudante del alcalde, papel éste interpretado por Miguel Ángel Silvestre. «Parezco un mindundi, pero quizás corto más bacalao del que aparento», afirma. «Y hasta aquí puedo leer», concluye enigmático. La serie se terminó de rodar en noviembre del año pasado, pero todo el ejercicio actual ha sido necesario para las tareas de posproducción.

'30 monedas' no es la única serie que el actor donostiarra ha rodado últimamente. También ha participado en el proyecto de Movistar 'Reyes de la noche', de Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, que está previsto estrenar en enero. La serie está protagonizada por Javier Gutiérrez y Miki Esparbé y gira en torno al mundo de la radio nocturna y su competencia por los índices de audiencia.

El actor donostiarra estará este domingo en Valladolid para participar en el espectáculo 'Un banco, cientos de historias' de la compañía vallisoletana Impro, de Berta Monclús. Y permanecerá en la ciudad la semana siguiente para impartir talleres de actuación improvisada, un género que Manso cultiva desde hace años, últimamente en la compañía madrileña Jamming, una de las más importantes de España en esta modalidad teatral.

«Soy actor de televisión, pero siempre he ido de la mano con la improvisación. Lo que más me gusta de la impro como la llamamos familiarmente, es su libertad. No te ata nada. No tienes un texto, no tienes un personaje que te obligue a una cierta coherencia, no tienes un director que te dirija. Simplemente te dejas llevar y juegas en el escenario».

El juego es una atracción principal en esta modalidad escénica. «En pocas ocasiones puedes dejarte llevar hacia ese mundo lúdico de la infancia como aquí. Por regla general los adultos nos negamos ese derecho a medida que vamos asumiendo más responsabilidades. Para nosotros, en cambio, el escenario es la excusa que nos permite entregarnos al juego como adultos».