Alonso de Santos, la comedia vista como escudo frente a la tragedia

La Murga rescata este sábado en el Teatro Zorrilla 'Del laberinto al 30' una de las obras menos conocidas del dramaturgo vallisoletano

Viernes, 7 de octubre 2022, 14:22

La vigencia de José Luis Alonso de Santos no está en cuestión. El vallisoletano sigue siendo uno de los dramaturgos más representados. Y no sólo porque se lleven a escena sus nuevas creaciones, sino porque no dejan de rescatarse las antiguas. Un buen ejemplo es ' ... Del laberinto al 30', una obra que la Murga Teatro ya representó hace treinta años y que ahora rescata en una versión en el Teatro Zorrilla este sábado (20.30 horas).

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«Nos parece que se trata de una obra muy actual de Alonso de Santos, un dramaturgo que consideramos un grandísimo autor», explica Alfredo Ávila, director de la obra que podrá verse en Valladolid. «En su época la obra no funcionó tan bien como otras comedias suyas, porque se trata de un trabajo aventajado a su tiempo. Pero, vistos hoy, los personajes enganchan».

'Del laberinto al 30' es una comedia bastante disparatada, rayana en el humor del absurdo en muchas ocasiones, que transcurre en la consulta de un psiquiatra al que acude un paciente muy peculiar: un vendedor de armas. Un tercer personaje, el de la ayudante del médico, completa el reparto sobre el escenario.

Estamos ante una comedia pura, concebida, por encima de todo, como entretenimiento. Pero una comedia que es consciente de la función seria de la risa: «La comedia es una forma de distanciamiento de la tragedia, un escudo con el que nos defendemos de los dramas mirándolos de otro modo», asegura el director de La Murga. Esta obra, además, busca el humor en el juego con los roles, porque sus personajes son muy arquetípicos.

«José Luis Alonso de Santos es un dramaturgo que escribe para el público, especialmente en obras como ésta que sólo pretenden ser un divertimento», explica Ávila. «Siempre nos ha aconsejado con modestia y generosidad. Es un autor integral y un grandísimo escritor», opina el director de La Murga, una compañía de Murcia que está de celebración por su cuarenta aniversario.

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En este tiempo, mucho ha cambiado el panorama teatral español. «Cuando empecé, era una época en la que se podía interpretar a Brecht o a Ionesco con normalidad. Hoy eso es casi imposible para una compañía privada. El teatro se ha vuelto más convencional y volcado a lo comercial», opina Ávila.

En aquellos años 80 tenía mucha fuerza el teatro independiente, un movimiento al que José Luis Alonso de Santos contribuyó decisivamente, y en el que se enmarca una compañía como La Murga. Pero «hoy las compañías independientes tienen que ir a taquilla y sin caché, asumiendo el riesgo que ello conlleva, de modo que el mundo de la escena se ha vuelto más complicado».

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Ávila cree que debería ser al revés: que los artistas y compañías de tirón fueran los que se la jugaran con el público. Pero no es ese el criterio que se ha impuesto. «Es todo mucho más difícil salvo que juegues con el amparo de lo televisivo», explica. Y, además, cada vez son más difíciles los grandes montajes, que requieren costes que no hay certeza de poder recuperar. Frente a los grandes decorados de antaño «ahora lo que se lleva es un escenario con una silla y un perchero».

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