Secciones
Servicios
Destacamos
«Soy un hijo de puta y un enfermo mental». Esta es la carta de presentación que elige Abel Azcona y conviene no perderla de vista pues su biografía es la materia prima de su arte. El madrileño participa esta semana en el Festival Meet ... You con una exposición, unos talleres y la creación de una obra en directo. De la provocación, a la explicación.
«La performance está dentro de las bellas artes y puede ocupar cualquier espacio. Agradezco al Calderón que se atreva a dejarme su Salón de los Espejos para hacer política con el cuerpo», anuncia el artista antes de desgranar las líneas de fuerza de su obra sintetizada en 'Catorce piezas esenciales'.
«Son algunas de mis piezas más reconocidas en el mundo y a partir de ellas organizamos unos encuentros con otros artistas de Valladolid que quieren reactivarlas». Cuando el artista es su propia obra, cuando Azcona es su principal personajes, hay que atender a su pasado. «Vengo de la epidemia de los ochenta, soy hijo de la heroína y la prostitución. Por eso mi obra trata del abuso infantil, del maltrato, de la supervivencia».
'Piel de útero' es una pieza que ha viajado desde Estambul hasta Houston pasando por otros muchos sitios. «Es sobre el proceso de empatía con la gestación. Mi madre que no quería tenerme, siguió consumiendo heroína y acabé naciendo prematuro»
'Padres' es una «crítica a la prostitución. Localicé a mi madre biológica y lo que hago es poner mi cuerpo a disposición del público como hacía ella. En sesiones de dos horas, cada persona tiene acceso a mí durante 3 minutos. Es una reflexión sobre la noche de mi gestación y defiendo el aborto como derecho de los niños a no existir». También es el resultado de los retratos robot que hacen una serie de dibujantes según las descripciones que hacen las prostitutas de sus agresores, 120 retratos que se han ido acumulando tras repetir durante dos años esta experiencia en museos de todo el mundo.
'Empatía y prostitución' tiene el marchamo de haber logrado que Azcona fuera expulsado de Bangladesh, al poco de inaugurar la instalación. «Busqué a niños de la casta más baja y les pedí que se sentaran en sillas en el escenario. Cuando llegó el primer ministro no le gustó y me echaron»
'Acto y desobediencia' o 'España os pide perdón' abordan la pederastia en la Iglesia y el «colonialismo» español que le han valido denuncias de, entre otros, Vox. Esta reacción es aplaudida por Azcona que prefiere «un espectador que ponga una denuncia al salir d mi performance a uno indiferente».
El reencuentro con su primer padre y la reflexión sobre su secuestro ha provocado su última obra de esas catorce esenciales, 'Volver al padre'.
Su tortuosa infancia, de 0 a 7 años, dio paso a la adopción por parte de una familia católica de Navarra. «De los 7 a los 17 me obligaron a tapar, a guardar en secreto mi pasado, era un tabú sin dejarme hacer un duelo. Hasta que esa represión me hizo explotar y comencé esta reflexión para sobrevivir. Esta regresión a la infancia me ha permitido eso».
Durante tres días del 26 al 28, Azcona trabajará en la «reactivación de sus piezas» con aquellos elegidos para la Sala de los Espejos y finalmente el sábado tendrá lugar la creación de una nueva ante el público. Para ello contará con un parapsicólogo que le hipnotizará, «habrá cámaras y se podrá ver la reacción de todos ante lo que vean». Hipnosis terapéutica para el artista y su personaje. «Casi todos los que han estado en una performance mía la recuerdan durante años y eso no suele ocurrir con cualquier exposición. Estamos en un momento de consumo visual grande. Creo que los que nos dedicamos al arte con el cuerpo a niveles extremos tenemos que asumir los riesgos que ello comporta. Busco que el espectador salga transformado aunque te ponga una denuncia».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.