Los tapices de la Catedral de Burgos, al descubierto

En la muestra se han atendido las diferentes series, etapas, procedencias y temáticas que caracterizan el vasto repertorio de tapices del templo burgalés, considerado uno de los más relevantes de nuestro país y un capítulo del patrimonio catedralicio poco conocido para el gran público.

Este conjunto de paños invita a un apasionante viaje desde las tierras de la vieja Castilla hasta las principales ciudades belgas de los siglos XV y XVI. Los tapices ejemplifican la admiración por un arte preciosista y lleno de expresividad como fue el flamenco. No solo fueron apreciados por su función catequética, su valor ornamental o por la variedad de asuntos en ellos representados, sino que también se estimó su función práctica al contribuir a crear arquitecturas efímeras o a preservar del frío las estancias donde colgaban.

El complejo y laborioso trabajo de pintores y dibujantes que fabricaban los diseños, así como el de los talleres textiles que los llevaban a término en Bruselas, Brujas, Amberes, Enghien y Audenarde, unidos a otros centros productores de diferentes regiones europeas, se decanta en obras de los siglos XVI y XVII, de tema religioso y profano (histórico, mitológico y paisajístico), que entraron en el templo burgalés, tanto a través de compras del Cabildo como de donaciones de obispos, canónigos y particulares.

La colección de la Catedral de Burgos se organiza en torno a diferentes series tejidas en lana y seda con la inclusión, en algunos ejemplares, de hilos metálicos. Artífices tan afamados como los pintores Bernard van Orley, Pieter Coecke van Aelts y Michiel Coxcie realizaron los diseños, trasladados al telar por reconocidos maestros de la como Frans Geubels y Jan Aerts, entre otros.

El color de los hilos colma los diversos motivos de las borduras, cuyos diseños se adaptan a la moda de cada época, y entreteje los motivos que definen las historias del campo del tapiz, aproximando al espectador a un universo de esplendor para hacerle partícipe del rico legado artístico de la Catedral de Burgos, declarada en 1984 Patrimonio Mundial, que el año 2021 conmemorará su VIII Centenario.

Hilos de Flandes busca crear conciencia sobre la necesidad de acometer la exigente restauración que la colección de tapices de la Catedral de Burgos precisa, un proyecto de futuro que permitiría poner en valor un bien patrimonial de primer orden que contribuiría a realzar, más aún si cabe, el extraordinario legado histórico artístico de la seo burgalesa.

Esta exposición se suma al espíritu y los objetivos de la 'Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021' que se presentará el jueves 12 de abril en el Fórum Evolución Burgos, y constituye el pistoletazo de salida de su programa de actividades.

La implicación de la Obra Social »la Caixa» y la Fundación Caja de Burgos en la recuperación del esplendor de la Catedral se enmarca en su actividad conjunta para desarrollar proyectos sociales y culturales que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de los burgaleses.

Dentro de los sucesivos convenios suscritos desde 1987 con el Arzobispado de Burgos para la restauración de la Catedral, la Fundación Caja de Burgos ha llevado a cabo, entre otras importantes actuaciones, la recuperación de las galerías oeste (finalizada en 2011) y norte (2012) del claustro alto de la Seo. Por su parte, la colaboración de »la Caixa» ha posibilitado la restauración de las galerías sur y este y de la Capilla del Corpus Christi.

Desde 1987, cuando se inició la colaboración de Caja de Burgos con la Diócesis, la entidad ha invertido ya más de 7 millones de euros para la conservación, estudio y difusión del patrimonio catedralicio y diocesano. Gracias a estas aportaciones se han podido realizar diversas actuaciones en el patrimonio catedralicio y diocesano de Burgos, entre las que figuran el inventario artístico de la Archidiócesis, el Museo del Retablo, el Taller Diocesano de Restauración o el Palacio Arzobispal.

También se pudo restaurar la Sillería del Coro de la Catedral, y se llevó a cabo entre 2001 y 2004 una intervención integral en la Nave Mayor. A estas actuaciones hay que añadir la restauración del claustro bajo y su adecuación como Área de Interpretación, a la que se incorporaron en su día las obras de arte contemporáneo donadas por la Fundación Caja de Burgos, como parte del proyecto «Siglo XXI. Arte en la Catedral».