Alberto Utrera presentó ayer 'Impuros', dentro de la sección Tiempo de Historia, un documental construido a partir de los testimonios de Eduardo Madina y Borja Sémper y que ofrece una mirada esperanzada y constructiva sobre el final de la actividad armada de ETA, del que ... este año se cumplen el décimo aniversario.
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«Me emociona la forma como cuentan sus historias personales, sin odio, ira, ni afán de venganza», explica Utrera, quien considera que su testimonio «es constructivo y muy necesario para la sociedad; sería bueno que se viera en las escuelas, donde hay generaciones que ya no saben nada de ETA».
Unas historias personales, las de ambos, marcadas por la sombra de la muerte: Madina fue objeto de un atentado del que salió vivo, pero sin una pierna, que tuvo que serle amputada. Borja Sémper tuvo más suerte: su asesinato había sido ordenado e iba a ejecutarse, pero en el último momento se abortó por temor a que llevara escolta.
Los testimonios de ambos confluyen en unas vidas paralelas que terminaron conduciéndoles a la amistad. Nacidos el mismo año, políticos vocacionales los dos, ligados a las juventudes de sus respectivos partidos (Madina, en el PSOE; Sémper, en el PP), la violencia terrorista les colocó en el mismo bando, el de la defensa de la ciudadanía frente a la imposición terrorista.
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El título del documental, 'Impuros', hace referencia a esto. «Ambos se manifiestan en contra de la visión nacionalista que determina que hay ciudadanos de primera y de segunda, y alertan del riesgo de que ese tipo de distinciones puedan regresar, explica Utrera.
La película surge de la mano de un proyecto literario de la editorial Plaza y Janés que se concretó en el libro 'Todos los futuros perdidos'. «Al enterarme, hablé con ellos y estuvieron de acuerdo en que filmáramos las conversaciones para hacer un documental», explica el realizador. Para ello se fueron varios días a un caserío en Mondragón, acompañados de sus mujeres. «El objetivo del documental es transmitirle al espectador la experiencia de esos tres días de testimonios y reflexiones».
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El resultado final fueron 18 horas de grabaciones intensas que 'Impuros' condensa en 70 minutos. El mensaje final realza la importancia del cambio operado en el País Vasco tras el final de la violencia, pero elude cualquier reflexión sobre los asuntos pendientes, como los crímenes sin esclarecer, o la persistencia de homenajes públicos a etarras. «No hablaron de ello», explica Utrera, «pero creo que para ellos lo importante era resaltar que ETA fue derrotada y lo fue por la vía de la democracia».
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