Ver con los ojos cerrados, el cine total de Patiño

Eligió Laos porque «no es un sitio del que se sepa mucho en España, sí en Francia por ser Indochina colonia suya. Luang Prabang, la capital, está llena de templos». El sudeste asiático le ofrecía selva, cascadas, ríos anchos y algún elefante retador. «Mi cine no elude la belleza, trato de encontrarla y de reflejar la relación con el paisaje. Belleza y misterio me guían. Peor a la vez tenía que evitar la postal, la posición de blancos en países en desarrollo», explica Patiño para lo que puso en marcha «estrategias para evitar el exotismo».

El equipo técnico se redujo al mínimo, cuatro personas más unas ocho en cada destino, «todo pensado para poder adoptar una posición de escucha. Hablábamos mucho antes de cada escena, sobre lo que estaba escrito en el guion. Luego había situaciones que provocaban otras conversaciones como cuando las mujeres que recogen algas en Zanzíbar comienzan a quejarse de lo poco que las pagan o de cómo los hoteles contaminan las aguas.Dejábamos espacio para percepciones actuales». Pulir el exotismo fue parte del montaje, pero la belleza «la busco como la poesía, para usarla de puente a una intimidad mayor»

El creador de la música, Xabier Erkizia, apunta que en los viajes buscaban «habitar el paisaje, un turista los transita, nosotros queríamos convertirnos en parte del lugar», cuenta quien ha hecho el mapa sonoro de los mismos.

Lois Patiño ha rodado por primera vez «en celuloide, hasta ahora todo lo hice en digital» en su particular experimentación del lenguaje cinematográfico en el que la «imagen no es la meta sino la semilla que luego crece en el espectador, de ahí que en la parte central se pida al espectador cerrar lo ojos y, sin embargo, las imágenes no desaparecen».

Esos diez minutos centrales «son el origen del proyecto». En ese lapso «están los sonidos que describe el 'Libro de los Muertos' y también la exposición de los ruidos físicos del momento. El libro describe luces, colores, que cambian según el tamaño y la luz de la pantalla que proyecte la película. Y luego hay un parpadeo que provoca distintas reacciones en la retina. Esa experiencia personal es un estado del espíritu que se pasa al cuerpo», cuenta Patiño.

Le acompañan en Valladolid sus productoras Garbiñe Ortega yLeire Apellaniz. Patiño agradeció a la «Seminchi (no logramos desitalianizar la Semana) apueste en su nueva etapa por obras como esta y que ponga en valor el compromiso con el lenguaje cinematográfico».

'Samsara' se estrenó en la pasada edición de los Berlinale Encounters y logró el Premio Especial del Jurado. Actualmente Lois Patiño ultima el montaje de un corto rodado en Japón y trabaja en un largo que transcurre en las islas Azores.