Seminci 2024

Variaciones sobre la censura

Para esta edición el festival ha elegido diez obras de distintas épocas y nacionalidades, desconocidas en su mayoría salvo en el caso de 'Deprisa, deprisa' de Carlos Saura y el nombre de Pere Portabella en el título de un documental a estrenar. El tema que las debe hermanar, más allá de su rescate, es el de la censura. Pero entendida esta no solo a la manera clásica de imposiciones de códigos morales o de filtros políticos establecidos por poderes ajenos a la democracia, esa censura que suprimía planos y escenas del montaje final o cambiaba diálogos en el guion.

Mucho se ha escrito y hecho para la recuperación de estas obras mutiladas y maltratadas. Sin embargo este ciclo tiene un sesgo diferente, pues recoge obras cuyas dificultades surgieron cuando ya estaban cerradas y dispuestas para la exhibición. Exhibición que apenas si comenzó: la obra no encajaba en los códigos dominantes, chirriaba entre sus contemporáneas.

Es esa diferencia excluyente –de género, política, estética- la que hoy en día puede ser asumida y valorada. Para después buscarle a la obra el lugar que se le negó, como señala Carlos Losilla en el artículo que dedica al ciclo en 'Caimán-Cuadernos de cine': «Todas ellas irrumpen ahora en el espacio de la historia del cine para cambiarlo, reconstruirlo y ponerlo de nuevo en suspenso». No sé si será objetivo demasiado ambicioso para este puñado de cintas desconocidas.

El ciclo cuenta con películas torpedeadas por un tratamiento femenino que no se aceptó en su época. Es el caso de la mexicana 'La negra Angustias' (1949), de Matilde Landeta, 'Naked Acts' (1994), de Bridgett M. Davis y la sueca 'Kvinna utan ansikte' (1947), de Gustaf Molander bajo guion de Ingmar Bergman, protagonizadas por mujeres que no se adaptan a los códigos de conducta dominantes, lo que motivó su invisibilidad. En 'The Annihilation of Fish' (1999), de Charles Burnett y 'Low.Flying Aircraft' (2002), de Solveig Nordlund, parece que fue su estilo heterodoxo e indefinido lo que impidió su difusión.

El ciclo también recoge productos de industrias más periféricas: 'Zabitá nedele' (1969), el primer largo de Drahomira Vihanová, rechazado en su país, Checoslavaquia, donde no podía encajar una obra que Carlos Losilla sitúa nada menos que entre Lester y Polanski, entre Fellini y Varda. Tampoco encontraron salida la iraní 'The Sealed Soil' (1977), de Marva Nabili, olvidada tras su estreno en el festival de Berlín; ni 'Nomad'(1982), de Patrick Tam, demasiado sofisticada para el Hong Kong de aquellos años.

La muestra se completa con dos obras españolas. 'Deprisa, deprisa' (1981) significó para Carlos Saura la vuelta al cine realista de sus primeras cintas tras los éxitos de su cine metafórico en el final del franquismo. Premiada en Berlín, exitosa en taquilla, no parece que tuviese problemas de exhibición salvo en Francia y Alemania, donde fue prohibida inicialmente por el manejo de estupefacientes de sus protagonistas (sacados del lumpen, al que volvieron tras el rodaje).

En España hubo protestas de la prensa conservadora por esa cercanía de la droga, con acusaciones de que se les suministraba a los actores en el rodaje, pero la película no tuvo ningún problema de difusión. Al contrario, el pequeño escándalo de protestas no hizo más que ampliar la atención del público. La otra película española es el estreno de 'Constelación Portabella', de Claudio Zulian, un recorrido por la amplia y bastante desconocida obra de Pere Portabella. Este siempre ha sido un cineasta acostumbrado circuitos minoritarios, pero cuando ha encontrado la salida comercial, como en el caso de 'El silencio antes de Bach' (2007), el reconocimiento ha sido imparable. Ganas entran de saber y ver más del gran Pere Portabella.