Perdone, ¿tiene usted 813 minutos libres? Trece horas y media de nada. ¿No? Pues sí que vive usted ocupado, oiga...
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Lo del tiempo, ya se sabe, es relativo. Sin salir de la Sección Oficial, la iraní 'Hit the Road' puede hacerse larguísima (por su ... niño abofeteable), pese a que dure 93 minutos, y la zigzagueante noruega 'La peor persona del mundo' se pasa en un suspiro, aunque se prolongue durante 121. El tiempo corre y se demora caprichosamente, como ejemplifica el Ayuntamiento de Valladolid, que a quienes venimos de fuera a disfrutar de la Seminci en vez de convidarnos a buñuelos y huesos de santo, nos regala asistir a la instalación de la decoración navideña en la Plaza Mayor. Para eso nos hubiésemos ido a Vigo.
Este año no hay programados largos especialmente largos, pero tenemos una prueba de fuego solo al alcance de los más aguerridos cinéfilos. Entrarán esta martes en el Broadway 8 para ver 'La flor' de Mariano Llinás, en el ciclo de cine argentino, la de los 813 minutos. Irán saliendo conforme flaqueen, en unidades medicalizadas, hasta que solo quede uno... No, no, la cosa, dentro de la barbaridad de tan prolongado metraje, es llevadera, repartida en tres partes hoy, mañana y pasado, e incluyendo descansos de un cuarto de hora. Ayer se habían vendido diez entradas para el reto de Llinás. Diez valientes que, aunque solo fuera por la resistencia física, merecerían un homenaje, una camiseta de 'Yo me vi la película de las 13 horas y media' o una cura de rehabilitación gratuita.
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