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El próximo domingo, como viene haciendo ya desde hace diez años, Andrés García Hernández (Madrid, 1970) desayunará leyendo la crónica que El Norte de Castilla publique sobre la Gala de Inauguración de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). «Algunas han gustado ... mucho y otras no han gustado nada, por razones diversas», resume sereno. Han pasado once años desde que este actor, productor, director... llegó al festival de la mano de Jorge Sanz. ¿O fue el actor el que llegó de su mano? Era el año 2008. Seminci estrenaba director, Javier Angulo, y aquella gala de inauguración se llevó los primeros pateos de la 53 edición . «Me habían hablado de ellos, pero hay que vivirlos», recuerda Andrés García. «No se recordaba que una Seminci cosechara los primeros pitos antes de comenzar siquiera la proyección», rezaba la crónica de El Norte con la que Andrés tuvo que desayunar aquel domingo. La culpa la tuvo el retraso de 40 minutos con que empezó la gala, una de las más largas que se recuerda.
A Jorge Sanz le dio el relevo como presentador al año siguiente Álex O' Dogherty. «Uno de los éxitos de la gala de inauguración es encontrar un buen presentador. Javier Angulo, desde el año uno, quiso apostar por unas galas diferentes a las que habitualmente se hacían en otros festivales. Y yo creo que lo hemos conseguido. Apostó por los monologuistas. Con O' Dogherty rompimos mucho. Y, por primera vez, hubo música en directo», apostilla el director artístico de las galas de Seminci. Tras O' Dogherty llegaron Leo Harlem, Ana Morgade, Nancho Novo, José Corbacho o Eva Hache, por citar algunos. Este año el elegido ha sido Pablo Carbonell. «No todos los años hemos tenido a quien nos hubiese gustado. Hay que contar siempre con la disponibilidad de los presentadores. Pero siempre hemos tenido una docena de nombres a los que hemos querido traer aquí y la mayoría ya han venido. Llevábamos mucho, mucho tiempo, detrás de Pablo Carbonell. Ya le había lanzado Javier Angulo el anzuelo en varias ocasiones y este año 'la han pintado calva'. Trabajar con Pablo es una gozada. La incertidumbre es permanente, pero para bien. Tiene una parte de improvisación que no solamente no puedes, sino que no debes acotar. Es como Álex O' Dogherty. Cuando trabajas con ellos les tienes que dar rienda suelta inicialmente porque son creatividad pura. Proponen, proponen, proponen... Aquí mi trabajo como director es ir guiando para poder tener al final un buen guión y que haya espectáculo», explica Andrés, quien confiesa que «las galas de inauguración tienen siempre una media de unas diez versiones antes del guión final».
«El escaparate del festival»
«Antes que el presentador de la gala está el presupuesto. Y el presupuesto de Seminci para las galas ha ido bajando de una forma paulatina. Es lamentable decirlo así pero es la realidad. Siempre hemos querido mantener como mínimo el nivel de la gala anterior porque, al final, las galas son el escaparate del festival. El festival tiene muchísimas cosas mucho más importantes que las galas, pero la Gala de Inauguración es el pistoletazo de salida, y lo primero que pone al festival en los medios. Y con ese presupuesto tenemos que intentar hacer la mejor gala posible. En la Seminci no se trabaja por dinero; se trabaja por amor al cine y al festival», asegura este profesional que, salvo el año de Corbacho, ha dirigido todas y cada una de las galas del festival vallisoletano.
Entre cuarenta y cincuenta personas, contando con el personal del Teatro Calderón, trabajan en cada gala para que todo salga a la perfección. «El miércoles por la tarde se descarga y tenemos todo el jueves y el viernes por la mañana para montar la escenografía, iluminación, sonido... El viernes por la tarde hacemos el primer pase de guión completo y el pase técnico. Y ahí se ve cómo funciona todo y se hacen los cambios necesarios. El sábado por la mañana se hace el ensayo general con todo el mundo que va a a participar en la gala, menos con la gente que llega a Valladolid con el tiempo justo para pasar por el 'showroom' y ponerse un vestido o un traje». Que los hay. Y no uno ni dos.
¿Y sólo un ensayo general? «La mayoría de los que vienen ya han estado en galas como esta y saben perfectamente cómo van las cosas; además son superprofesionales. Recuerdo que el año pasado el compañero que acompañaba a Matt Dillon nos contó que le dijo solamente una vez: «You have stay here» («Debe quedarse aquí»). Y el tío se colocó superserio donde le señalaron y no se movió hasta que le dijeron «Come with me» («Venga conmigo»). Se metió en el escenario y recogió su espiga. Y eso nos ha pasado siempre con todas las estrellas. Cuanto más megaestrella, más obediente. Y que un 'estrellón' como Matt Dillon se ponga a tus órdenes... Mi trabajo en Seminci es como el del malabarista de los platos chinos... con muchos platillos a la vez. Escenografía, iluminación, pantallas, vídeos, películas que cambian en el último momento, personalidades o artistas que iban a subir al escenario pero que a última hora no pueden venir... Y todo eso lo tienes que ir improvisando en los guiones», resume agotado sólo de pensarlo.
El Norte de Castilla publica el viernes 18 de octubre un suplemento especial con toda la información de las secciones a concurso de la 64 edición de la Semana Internacional de Cine, las películas de las galas de inauguración y clausura, los ciclos, las espigas de honor y entrevista al director salmantino Antonio Hernández, así como las proyecciones especiales de 'Tiempos modernos', de Charlot y un documental que conmemora los 50 años del festival dé Woodstock.
Podría escribir un libro con anécdotas, entre ellas, el día que el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, acudió a un ensayo general. «Recién llegado a la Alcaldía, acudió al ensayo general y cuando estábamos en plena vorágine, de repente se oye una voz desde el patio de butacas que decía '¿Puedo decir algo?' . Todos nos giramos y le miramos. Y lo dijo. Y le hicimos caso, tenía razón. Eso sí, no ha vuelto a un ensayo general». Además de anécdotas asegura que cada gala tiene no sólo un plan B. «Tenemos un plan B, C, D... y hasta un Z. Nunca sabemos lo que puede pasar. Un ordenador que se apaga, un micrófono que no funciona... Las casuísticas son muchas. Lo que tenemos que ser todos es muy flexibles. Por eso tenemos desde el plan A hasta el Z. Hay que improvisar lo menos posible. No hay mejor improvisación que la que se ensaya».
«Siempre tenemos que pensar en una gala que sea atractiva en el teatro y, a la vez, en televisión. No hay que olvidar que las galas de Inauguración y Clausura están pensadas para ser emitidas y la mayoría de nuestro público está en casa. Y hay que pensar en ellos. Y eso es lo más difícil: aunar las dos cosas. Las galas tienen mucho contenido, quizá demasiados vídeos, pero hay mucho que mostrar y no se quiere dejar fuera a nadie. Eso hace que cuando lo tienes que comprimir en 60 o 70 minutos el ritmo sea fundamental». El ritmo y las sorpresas, que haberlas las habrá, aunque Andrés se niegue a adelantar ninguna. «Si las contamos en El Norte ya no son sorpresa».
En la fotografía que acompaña a esta entrevista le ponemos cara al 'malabarista' de Seminci. Si quieren ponerle voz estén muy atentos el sábado. Andrés es la voz que da la bienvenida y la voz en 'off' de los vídeos de homenaje. «Si tuviera que ver la gala como espectador, seguramente me daría una angina de pecho».
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