«Queríamos abordar la maternidad desde el 'thriller' y de forma más visceral»

Cambiar el foco, pues la novela mezcla diferentes géneros y se sirve del ensayo y de la crónica periodística, ya que la protagonista es periodista. Una decisión que marca el tono de la cinta y donde se dejó de lado la parte más intelectual. «Nos dimos cuenta de que teníamos la sombra del infanticidio, una madre atormentada y un bebé. La otra dimensión no era tan interesante para el espectador y podría estar en segundo plano. Lo que de verdad llama la atención es esa amenaza latente a lo largo de la película, y lo dimos la vuelta».

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Una idea con la que también casa la realizadora. «Costó encontrar el hueso de la historia. Primero nos íbamos a centrar en la maternidad y la escritura, pero nos fuimos cada vez más a una película de emoción, de conflicto. Donde destaca un rechazo al bebé que tiene la propia protagonista. Queríamos llevar la historia más a la emoción, donde nace esa parte de 'thriller', que sea una experiencia más visceral».

Y con esa idea consiguen tratar la maternidad, pero desde una nueva perspectiva. «Hay un tabú, un estigma. Expresar ese sentimiento que tiene es durísimo. De hecho es algo que ni ella misma se permite, tiene una incapacidad para reconocerlo y la película aborda eso, como lo esconde y lo disimula», añade la realizadora. ¿Y cómo fue acercarse a esa postura para la actriz protagonista? «No soy madre y al principio fue algo nuevo. Me sentía como una especie de impostora. Antes del rodaje hicimos una construcción racional del personaje, leyendo e investigando. Pero cuando empezamos a rodar me di cuenta de que esa construcción que había hecho era algo más intuitivo, de que simplemente era pasar tiempo con el bebé y dejarlo a la intuición. Era coger lo que es la profundidad del personaje y añadirle la dificultad de ser responsable de un recién nacido, responde Laura Weissmahr.

Y sobre esa idea del tema tabú también ha incidido María Zamora, productora de la película. «En los últimos años se ha hecho más al respecto en el cine y la literatura, pero se tiene que seguir haciendo. Entre las madres hay un montón de grises, y creo que mucha gente se va a ver identificada en esta historia». Y añade la guionista. «El arte en general te abre la puerta a vivir otras vidas, a no juzgar, comprender.Y eso te hace más comprensivo».

Acercar la historia a lo visceral y centrar el tono en el 'thriller' hace que 'Salve María' tome de forma inevitable algunas referencias de películas del género. «Mucho de Hitchcock, como es 'Pájaros' o también ideas de 'Vértigo', hay una influencia. Uno de los retos era hacer esa mezcla de terror, tener en cuenta esa expresividad, pero que fuera juguetona para los espectadores. Intentas crear una tensión latente que no decaiga conforme avanza la historia», asegura la directora. También es importante la música. «Nunca había confiado mucho en este recurso en las películas, de hecho siempre he desconfiado de las que tienen mucha música. Pero no nos queríamos quedar tibios y hubo que apretar tuercas. Una de las que más lo está es la música, presente y con mucha personalidad en la historia. El objetivo es que quedara grabada en la cabeza del espectador».