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Sobredosis de primeros planos de Penélope Cruz y Paco León, protagonistas de 'L'inmmensità' y 'No mires a los ojos', respectivamente. Crialese le dio a la actriz madrileña un papel a su medida, mientras que el intérprete sevillano se estrena en un 'thriller' psicológico ... con lucimiento. En ambas películas la familia es la retícula que sostiene la historia, hay personajes paracaidistas que no encajan en el ecosistema y lo escudriñan desde las grietas que amenazan su orden, su permanencia.
Félix Viscarret abrió el concurso de la Sección Oficial con su tercera película de ficción. Si en la primera adaptó una historia de Fernando Aramburu ('Bajo las estrellas', 2007), en esta lleva a la gran pantalla la novela 'desde la sombra', de Juan José Millás. Damián (Paco León) acaba de ser despedido de la ebanistería en la que trabaja y se esconde de su jefe en un armario antiguo que está siendo trasladado en una mudanza. Lo que comienza por accidente resulta su refugio. Será un fantasma en la familia que forman Fede (Álex Brendemühl), Lucía (Leonor Watling) y su hija María. Viscarret ofrece al espectador la misma visión limitada que tiene Damián desde debajo de la cama, desde el armario. El realizador navarro solo abrirá el campo cuando la película avance y Paco León abandona coyunturalmente su escondite.
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Con él asistimos como convidados de piedra a la intimidad de un dormitorio, al despertar de la hija adolescente, a las conversaciones de Lucía con su madre en las que rememora la historia del armario para encontrar justificación a su intuición: allí hay alguien, quizá el espíritu de su gemelo muerto.
Damián se convierte en el ángel de la guarda de las mujeres de la casa; frena al novio abusón de la hija, venga la infidelidad del marido. Es una suerte de justiciero en la sombra que se explica en una ventana paralela que abre Viscarret, una entrevista de televisión. Allí es donde Damián reflexiona en alta voz, expresa sus dudas, no hay un por qué, todo fue azaroso y luego se sintió bien en el papel hasta sentirlo como su misión. El entrevistador es Juan Diego Botto, cínico controlador catódico, pero será Iñaki Gabilondo, actor revelación, al que confíe su verdad ese hombre que afirma que la bondad le ha alejado de los otros, que quiere irse a Marte para dejar de tratar a los humanos.
La banda sonora incluye varias versiones de la canción de Golpes Bajos que da título a la película y cuyo estribillo reza «No mires a los ojos de la gente/ Me dan miedo, siempre mienten/ No salgas a la calle cuando hay gente / ¿Y si no vuelves? ¿Y si te pierdes?». Aplausos cerrados para esta agobiante y claustrofóbica película con negro guiño final.
De los ochenta cantados por la banda viguesa a los setenta bailados por Rafaella Carra. Una familia acomodada en una urbanización del ensanche de Roma protagoniza 'L'immensità'.
Guion con tintes autobiográficos, arranca con la ambigüedad de la primogénita, Adriana, una adolescente que no encaja en el cuerpo femenino. Más que la contemporánea etiqueta de 'género fluido' se trata de la natural búsqueda de la identidad y rebelión frente a los estereotipos que manejan sus mayores, todos menos su madre.
Todos los males en un hombre
Penélope Cruz es una rara avis, más permisiva que coercitiva, feliz con sus hijos y deprimida por su marido, que encarna al hombre machista, infiel y violento. Demasiados pecados para tan breve aparición en pantalla. Mientras la abuela reprocha a Cruz que dé alas a las fantasías de los niños, esta avisa de que no son aquellas las que le preocupan sino las fantasías de los adultos. El armario en el que se refugian los niños no es el que se abandona para proclamar una sexualidad distinta, sino el lugar donde los hermanos entrenan su valentía. El valor para crecer en medio de una pareja rota, el que les permite sobrevivir a la depresión de la madre y a un padre autoritario.
Crialese elige el punto de vista de los niños que, aunque evidencian su diferencia genética, sí funcionan como hermanos en su comportamiento. La cámara les acaricia, les quiere. Esa poesía –las batas escolares flotando en el aire rodadas desde abajo, el plano cenital del comienzo cuando Adriana traza con una cuerda un espacio propio– alterna con escenas kitsch como las recreación televisiva en blanco y negro de Penélope Cruz cantando como si fuera Patty Bravo. Un drama de adultos suavizado por la lúcida ironía infantil que llegará a los cines comerciales el próximo día 28.
Animalidad humana
Un canto a la naturaleza y una alerta sobre la animalidad humana es 'Eo', la última película del multidisciplinar realizador polaco Jerzy Skolimowski (1938). Eo es el burro protagonista de este largo que tiene más rebuznos que diálogos y que, sin embargo, se hace entender perfectamente.
Eo trabaja en un circo, es la mascota de una bailarina y también es equino de carga. A partir de una protesta animalista, su destino lo marcan las autoridades. Buena parte de al película está contada desde el campo de visión del burro que observa la naturaleza, las fábricas contaminantes, las aves muertas por los areogeneradores, la caza sin más sentido que matar, la violencia humana de la que también es víctima. Skolimowski denuncia la barbarie con impactantes imágenes subrayadas con una música invasiva, en muchos casos de órgano, que satura la percepción del espectador. Provocó las primeras deserciones en las filas semincineras pero también cosechó aplausos.
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