Manual para romper las olas

Tiempo de historia ·
Hubert Sauper nos invita a recibir una preclara y amable lección de alegría y supervivencia entre la ruina

Rafa Vega

Valladolid

Jueves, 29 de octubre 2020, 22:13

Cuba es un paraíso, quizás para su desgracia. Despierta una codicia que jamás desaparecerá, solo cambiará de origen. La riqueza y el clima, su ubicación y la alegría que despide su gente han encadenado un latrocinio tras otro. Aun así, ella es quien se alimenta ... de cuantos pretenden comérsela. Cuba compone su inimitable impronta con los restos de la España colonizadora, con las ínfulas saqueadoras del imperialismo yanqui, con la fría impostura prosoviética que acabó apropiándose de sus vaharadas revolucionarias. Y todo ello dibuja su paisaje, lo colorea y lo ilumina en un intenso, confuso y acaso contradictorio proceso de apertura que o no da con la tecla, o no quiere hacerlo.

'Epicentro', la magnífica película de Hubert Sauper, nos muestra un botón de todo ello. Con cierta retranca y un velado sarcasmo dispone su discurso crítico para advertir de que todas las mentiras con las que se ha alimentado la propaganda norteamericana desde la voladura del Maine y la consiguiente pérdida de la colonia y de la Armada en 1898 por parte del decadente imperio español, continúan vigentes y se renuevan.

EPICENTRO

Director y guionista: Hubert Sauper.
Intervienen: Leonelis Arango Salas, Annielys Pelladito Zaldivar.
Nacionalidad: Austria / Francia.

La Cuba que recorre Sauper está a pie de calle. Puede olerse y saborearse. Y aunque mantiene el candor aprendido a base de discursos eternos, de adoctrinadoras diatribas revolucionarias, despierta a una apertura que la arrastra de nuevo hacia el país de abruptos contrastes de Batista. Regresa el lujo insultante, la arrogancia de un turismo insolente, sin ética ni vergüenza, dispuesto a comprar voluntades vitales, a explotar la necesidad y aprovecharse de los sueños que hibernan entre los rincones de la ruina infinita.

Solo los cineastas dotados de un inmenso talento son capaces de contar tanto sin hacerlo aparentemente; de permitir que la cámara se enamore de los protagonistas que han sido capaces de encontrar para narrar su historia. Sauper es uno de ellos. Sin la humanidad limpia, sin la infancia transparente que nos regala, hubiera sido imposible este pequeño milagro de película.

También desde la otra orilla del Atlántico nos llega la inspiradora historia de Carmen Aristegui, una popular periodista mexicana a quien los poderes gubernamentales intentaron enmudecer ejerciendo la presión suficiente sobre su empresa emisora para que fuera despedida, a pesar de contar con casi 20 millones de oyentes.

'Silencio radio', la película dirigida por Juliana Fanjul, seguirá el heroico proceso vivido por Aristegui que, lejos de rendirse, emprenderá una batalla desigual, armada únicamente con periodismo veraz y valiente. A pesar de los ataques y las difamaciones que se le echan encima, la experimentada periodista y su reducido equipo pondrá en marcha un canal por Internet para continuar informando de los desmanes perpetrados por el gobierno de Peña Nieto. La casualidad ha querido, para corroborar la veracidad de su lucha, que la película se haya estrenado en la Seminci el mes en que el Jefe del Ejército de Peña Nieto ha sido detenido en los Estados Unidos acusado de narcotráfico y que el mismo expresidente mexicano esté siendo investigado por la Fiscalía de su país por delitos de corrupción. El intenso documental de Fanjul aprovecha el caso ejemplar de Aristegui para subrayar el riesgo extremo que corren los periodistas mexicanos, entre el crimen organizado y la corrupción política.