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Han pasado 32 años desde que el actor norteamericano Brad Pitt visitara la Semana Internacional de Cine de Valladolid para presentar la película 'Thelma ... y Louise', de Ridley Scott; filme que le catapultó a la fama de la que gozaría pocos años después. Pero aquel 25 de octubre de 1991, cuando Brad Pitt estuvo en Valladolid, era un total desconocido. El vaquero autoestopista de la película, que acabó alzándose con la Espiga de Oro de aquella 36 edición del festival, había trabajado sobre todo en televisión, en la serie 'Treinta y tantos', pero para el mundo del cine apenas tenía un nombre. «Si llego a saber que es Brad Pitt en vez de hacerle la cama se la deshago. Y no es broma», confiesa con guasa Maricarmen Abril, extrabajadora del Hotel Olid, y encargada entonces de la planta del hotel donde se alojó un jovencísimo Brad Pitt.
«Estuvo en la habitación 208. Me acuerdo perfectamente. Era una habitación individual con una cama pequeña. Una habitación sencilla», asegura Maricarmen Abril. Si estuvo con alguien en Valladolid no fue en aquella habitación. La excamarera de piso del Olid lo tiene claro. «Nosotras somos invisibles para los clientes pero ellos para nosotras, no». «Recuerdo a un chiquito -tenía 27 años- con un pañuelo a lo pirata en la cabeza que salía siempre corriendo de la habitación directo al ascensor. Me fijé en él por lo que corría y por el pañuelo», cuenta Maricarmen. «Entonces Brad Pitt no era quien es hoy. Años después las compañeras hablábamos entre nosotras: 'yo le di la llave de la habitación', 'yo le hice la cama'...». No pidió nada especial. Preguntó solamente por un gimnasio, recuerdan las crónicas de aquellos días.
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Maricamen Abril empezó en el Olid en 1978 y allí ha trabajado 42 años, siempre como camarera de piso. «He vivido muchas Semincis. Era el momento grande del hotel; una revolución. Si ese año había uniforme nuevo lo estrenábamos para la Seminci», explica esta extrabajadora, quien recuerda con cariño muchos de los rostros cinematográficos que han pernoctado en el hotel vallisoletano. Manuel Alexandre, Rafael Alonso, Sancho Gracia, Icíar Bollaín, José Coronado... «Recuerdo los ojos de Julie Christie y a la actriz Liv Ullman, musa de Bergman, a quien el hotel le agasajaba todos los días con un plato de jamón ibérico y no lo tocaba». Maricarmen guarda muchas anécdotas. La de aquel actor que pidió muchas almohadas, la de aquel famoso que nunca pasaba la noche solo o la de aquel otro que traía su propio orinal. Prefiere no dar nombres. «Son personas normales. El 'glamour' se lo damos nosotros», asegura esta extrabajadora del Olid. «Si las paredes del hotel hablasen....».
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