Una 'Intemperie' con aroma a Delibes para inaugurar

El neorruralismo que entroncaba, pues, con una fuerte tradición literaria bien patria, y que arrimaba el filón a ciertas narrativas 'noir' muy del gusto del público contemporáneo (alejado, con todo, de la fácil tentación que supondría vertebrar el texto en un discurso cercano a lo audiovisual, optando mejor por una prosa árida que dialogaba más y mejor con el ambiente rural en el que la obra se ambienta), Carrasco vio sus esfuerzos premiados no solo con un éxito de ventas más que notable para un recién aparecido al panorama editorial (quien pese a todo atravesó el umbral de la tribu literaria por la puerta de Seix Barral), también con una caterva de críticos entusiastas que, bajo diferentes jurados, le otorgaron distintos premios de importancia considerable, como el del Gremio de Libreros de Madrid o el PENAward, además de ocupar la primera posición de cada pódio que se preciara en torno a los mejores libros de aquella hornada.

La historia de 'Intemperie' se construye en torno a la figura de un niño que huye de una amenaza incierta y que se enfrenta a los páramos desiertos y rurales tan o más hostiles que aquellos hombres en pos de él. Como aliado pronto encontrará a un pastor de cabras con el que, en tosca sintonía, tratan de seguir adelante.

Hasta aquí el argumento. De cara a la adaptación fílmica (no es, con todo, la primera revisión que se hace de una novela que ya cuenta además con una adaptación a la novela gráfica de mano deJavi Rey y editada por Planeta), ha sido el tándem de los hermanos Remón, Daniel y Pablo (responsables de 'Casual Day' o la espléndida 'Cinco metros cuadrados') junto al propio director Benito Zambrano los que se han ocupado de trasladar a la pantalla esta novela de personajes sin nombre. Sus actores, por el contrario, sí lo tienen, y bien reconocible: Luis Tosar, flamante Espiga de Honor junto a Emma Suárez en la Seminci de 2017, capitanea fácilmente un reparto con otros grandes secundarios de nuestro cine como Vicente Romero, Kandido Uranga, Luis Callejo o Manolo Caro, aunque sin duda sobre quien recaerá mayor atención y ojo crítico será sobre el joven Jaime López, quien ya se enfrentara a las cámaras en el largometraje 'Techo y comida'.

Que un filme como 'Intemperie', el flamante regreso del director de 'Solas' tras los ocho años transcurridos desde su último trabajo en largo, 'La voz dormida', sea la encargada de abrir la 64ª Semana de Cine de Valladolid, resulta pertinente por dos motivos. En primer lugar, porque entronca con una tendencia del festival visible desde los últimos años según la cual la organización opta por una película nacional con un reparto de cierto fuste que garantice a los vallisoletanos (cinéfilos o no) una contundente alfombra roja de cara a la inauguración. Por otra parte, porque en plena entrada del Centenario Delibes, con todas las actividades que se realizarán en torno al autor y antiguo director de El Norte de Castilla, bien vale la pena resolver si 'Intemperie' evoca, como se dice, a aquella visión que ostentaba nuestro escritor de aquel mundo rural, mucho antes de que volviéramos a llenarle de importancia rebautizándolo, paradójicamente, como 'España vacía'.