David Gómez, coordinador de los conductores de la Seminci. JOSÉ C. CASTILLO

La flota de conductores que mueve a las estrellas de la Seminci en Valladolid

David Gómez dirige a 16 chóferes durante el festival, encargados de transportar a los invitados por la ciudad, pero con trayectos que llegan hasta Madrid o Bilbao

S. García

Valladolid

Domingo, 23 de octubre 2022, 15:43

Uno de los conductores que este miércoles se hacía la foto oficial en la Plaza Mayor llevó este sábado en su coche a Paco León. Un trayecto de unos escasos 600 metros hasta llegar desde el hotel Olid al teatro Calderón.

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León fue uno ... de los 700 invitados de la Seminci que desfilarán por el festival durante los próximos días y que hacen uso de la flota de conductores que este año dirige, por primera vez, David Gómez. Bajo su mando tiene a 16 personas y veinte vehículos que durante estos días mueven a las estrellas por Valladolid e incluso fuera de las fronteras de la comunidad.

Desde el asiento de piloto de uno de estos vehículos, Gómez explica cómo se organizan en una semana en la que el teléfono no para de sonar. «Hoy me han llamado unas sesenta veces», bromea. Todo para tener a punto la inmensidad de trayectos que realizarán durante los próximos días y que tienen sus jornadas grandes en las galas del festival. «El trayecto desde el Olid al Calderón es el más corto que hacemos, pero tenemos un protocolo de orden de llegada y para cumplirlo hacemos tres comprobaciones.

Una cuando entran en el coche, otra antes de salir del hotel y otra al llegar a la calle de las Angustias». Un trayecto corto en el que los conductores trasladan en los asientos traseros a los protagonistas de la Seminci en su camino a la alfombra verde. Mientras ellos están al volante, las estrellas permanecen ocultas en el coche. Actores y actrices que no se revelan hasta que llega el momento de abrir esa puerta de cristales tintados, ya delante del teatro Calderón. Lo que ocurre en ese trayecto solo lo saben los conductores, si bien la realidad dista de las posibilidades que pueda manejar la imaginación.

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Un grupo de conductores oficiales de la Seminci, en la Plaza Mayor. ALBERTO MINGUEZA

«Lo más curioso que ha podido ocurrir es que hayan pedido unos chicles o unas patatas fritas, nada que se escape de lo habitual», asegura Gómez. También agua, algo que siempre suelen llevar dentro del vehículo. Nada que aumente ese aura mística que puede rodear a las estrellas. Tampoco en los trayectos más largos, cuando se tienen que desplazar hasta el aeropuerto de Madrid, Santander e incluso Bilbao.

«Son muchas horas de trayecto y son los invitados quienes marcan la situación. Si no quieren hablar, no se habla y a la inversa», explica el responsable. No existe la situación embarazosa de compartir trayecto sin hablar, pero tampoco es que se produzca de lo que comentaba Mia Wallace (el personaje de Uma Thurman en 'Pulp Fiction') sobre los silencios incómodos: «Sabes que has encontrado alguien especial cuando puedes estar callado durante un minuto y disfrutar del silencio». Todo ello, gracias a la profesionalidad de los conductores, algo que recalca Gómez. «Les encanta el festival y hacer este trabajo. Ojalá que la Seminci siga creciendo. Si lo hace, Valladolid también lo hará».

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