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Fernando Colomo (derecha) conversa con Manuel Iborra. EL NORTE
Fernando Colomo, el «director de fondo» que adora el cine a sus actores y el guion

Fernando Colomo, el «director de fondo» que adora el cine a sus actores y el guion

El realizar, Espiga de Honor en la Seminci de este año, protagoniza una converación documental con Manuel Iborra

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 29 de octubre 2022, 16:58

«A mí lo que me hubiera gustado es ser un director de oficio, de esos que hoy rodaban una película del oeste y a la semana que viene una bélica», dice el cineasta Fernando Colomo, Espiga de Honor de esta Seminci y, además, protagonista de 'La soledad del director de fondo', una conversación que, en formato documental, puede verse este sábado en los cines Broadway.

«A mí lo que me gusta es dirigir, pero a veces me ha tocado hacer de actor, de productor, de guionista». Lo ha sido en muchas de sus películas, de 'Tigres de papel' a 'Los años bárbaros' o 'Alegre ma non troppo'.

«Al principio estaba muy centrado en los actores, pero luego descubrí que el guion es fundamental. Aunque solo como una guía para el rodaje, porque las aportaciones que puedan hacer los actores son muy importantes». En el documental, cuenta cómo le gusta hacer un 'teatrillo' antes de rodar. Convoca a los actores para hacer una revisión del guion y de sus textos, y muchas veces, de esas lecturas previas, sale el planteamiento de la secuencia:dónde se colocarán los intérpretes, cómo se moverá la cámara por el espacio. «Hay muchos directores que hacen los deberes antes. Yo prefiero arriesgarme y que el trabajo fluya».

«Hay veces que te ves metido en películas y no sabes por qué has llegado allí, pero ya no puedes retroceder, no la puedes dejar a la mitad», asegura Colomo, quien además de director ha sido productor de 35 filmes, como los primeros trabajos de Fernando Trueba, Icíar Bollaín, Calparsoro, Ferjerma y París o Mariano Barroso.

En su altar cinéfilo está 'Los 400 golpes', de Gordard. «La vi con 15 años. A mí ya me interesaba la imagen, yo quería ser dibujante de cómics. Y con esa película descubrí que el cine era mucho más que las sesiones del jueves por la tarde. El protagonista de 'Los 400 golpes' tenía mi edad y para mí fue como una sacudida. Me volví loco por el cine», cuenta Colomo en el documental.

Su primer largometraje, en 1977, fue 'Tigres de papel', una cinta que bebe de las influencias de la nouvelle vague, el cine checo de Milos Forman, con largas secuencias, sin cortes de contraplano, pocas tomas, sonido imperfecto. «Fue de las primeras películas que se rodó en España con sonido directo. Para mí eso era muy importante», explica Colomo, que más adelante en su carrera giraría su mirada desde la nouvelle vague hacia el cine norteamericano y la huella de Hitchcock, Ford, Stanley Donen. «En 'La mano negra', por ejemplo, ya no está esa obsesión por el plano secuencia».

«Cuando empiezas a tener más presupuestos para tus películas, unos presupuestos estándar, hacer películas estándar. Vas yendo hacia lo clásico. Aprendes el oficio, lo cual no es necesariamente bueno», indica Colomo en su conversación con Manuel Iborra. En 'El caballero del dragón' (1985), dice que intentó replicar en España las aventuras de ciencia ficción que disfrutaba viendo a Spielberg o 'Regreso al futuro'. «Lo tenía claro, si salía bien, sería una obra maestra. Si salía mal, sería una película de serie B. Y salió mal», cuenta.

Dice que lo ideal sería planificar la película sabiendo con qué música o banda sonora va a conta. Eso lo hizo en 'Alegre ma non troppo', película con Pere Ponce y Penélope Cruz. «Eso te permite coordinar la acción de los actores con la música, que es lo que hicimos en una conversación entre ellos, cuando empieza a sonar Brahms de fondo. Hay un momento concreto en el que les dije que se miraran de forma intensa. Sin lamúsica antes, eso no se me habría ocurrido».

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