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Tomás Salvador González. A. Quintero

La ceniza aventada

Caro diario ·

Entre la amplia colección de personas que reconstruyen la presencia magnética de Tomás Salvador, en 'El tiempo robado', sobresalen los que en algún momento son señalados como 'el grupo de Valladolid'

Jorge Praga

Valladolid

Lunes, 26 de octubre 2020, 07:51

Tomás Salvador González dejó en su libro postrero, 'Restos de infancia', unos versos que parecían anticipar la muerte que le sobrevendría poco después, versos sobre la materialidad de ese trance: «un muerto / las palabras de un muerto / la voz sin deseo de un muerto, / la ... voz sin carne, / sin silla / los pulmones de tierra, / la ceniza aventada / de un muerto». El documental que le dedica Juan Carlos Rivas, 'El tiempo robado', se cierra con la voz de su hermana leyendo esos versos estremecedores, y lanza una pregunta final que queda palpitando sobre el cierre en negro: «Morir, salir del tiempo, salir. ¿Adónde?».

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En cierta manera el desarrollo del documental es una respuesta anticipada a ese destino incierto del poeta que ha salido del tiempo. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas diseminadas –«la ceniza aventada»- en una ceremonia en la que vemos a amigos y colegas añadiendo unas palabras o su sola presencia emocionada. Y de alguna manera esas cenizas voladoras se adhirieron como virus amatorio al cuerpo de los que asistieron, que a su vez las contagiaron a los ausentes. Tomás Salvador González quedó así diseminado entre amigos y cómplices, y el documental de lo que se ocupa con minuciosidad es de dar ocasión a que las cenizas sean semillas que germinen en poemas, canciones y vivencias. Todos los interpelados tienen en sus cabezas, y en la punta de la lengua, a ese Tomás activo, hondo, poderoso. No hay sensación de pérdida, de 'salir del tiempo'. Por el contrario, reaparece y se multiplica en el castañar que amaba, en la universidad donde comenzó sus estudios, en las clases que recuerdan sus alumnos. En el café donde acudía cada mañana.

Entre esa amplia colección de personas que reconstruyen la presencia magnética de Tomás sobresalen los que en algún momento son señalados como 'el grupo de Valladolid'. Cimentaron ese lazo muchas noches de conversación y un par de revistas de poesía: 'Un ángel más' y 'El signo del gorrión'. El documental rescata varias fotografías de la lejana y hermosa juventud de sus integrantes. Ahora, marcados por las heridas del tiempo y el prestigio de sus obras, se conjuran para negar el verso de Tomás: «la voz sin carne, / sin silla».

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