Balance de Punto de Encuentro: mereció la pena

La calidad de una buena parte de las películas que integraban Punto de Encuentro seguramente puso en dificultades al jurado para otorgar sus premios. De hecho, el que correspondió al mejor largometraje hubo que repartirlo entre la estadounidense 'War Pony' y la noruega 'Sick of Myself', dos obras bien distintas pero con la característica común de pisar territorios arriesgados.

En el caso de la primera, casi vírgenes, pues se rodó en la reserva indígena de los lakotas, en Dakota del Sur, dando a este pueblo olvidado el protagonismo. La noruega lograba salir airosa de una difícil conjugación de humor negro y monstruosidad corporal.

Otras películas de parecida altura artística se llevaron premios de menor calado. El del Jurado Joven fue para la electrizante 'Palm Trees and Power Lines', mientras el Premio del Público de nuevo se repartió entre las notables 'Joyland' y 'The Sparrow'. Y todavía podríamos mencionar un par de películas merecedoras de algo más que el olvido en el palmarés.

Ha sido, por tanto, una edición de Punto de Encuentro para guardar en la memoria, en la que apenas hubo baches. Y en la que entre tantas obras de gran pulido profesional, no muy acordes con el carné de debutante que se exige a los directores, se le hizo además un hueco a la francesa pero sueca 'Excess Will Save Us', repleta de la audacia y el atrevimiento que cabe esperar de una realizadora joven y transgresora.

En los cortometrajes también gozamos de propuestas interesantes, sobre todo en el campo de la animación. De ahí se extrajo la obra premiada, 'O Homen do Lixo', una delicada rememoración portuguesa al calor de una comida familiar. El jurado resaltó con una Mención Especial 'Happy New Year, Jim', un brillante juego de texturas y colores.

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