Pueblos que reviven durante las mascaradas
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La UVa lidera un proyecto docente con museos universidades y empresas de tres países para preservar oficios y artesanías en torno a la máscaraEarmus+ ·
La UVa lidera un proyecto docente con museos universidades y empresas de tres países para preservar oficios y artesanías en torno a la máscaraAglutinan y dan sentido de pertenencia a la comunidad rural. Incluso a quienes tuvieron que emigrar y retornan fugazmente para recordar. Existen aldeas donde la cultura de la máscara se mantiene a lo largo de los siglos como elemento vertebrador. Su poder de convocatoria sigue ... vigente y otorga visibilidad a territorios periféricos desguarnecidos por la despoblación. En paralelo, en torno a las mascaradas pervive un mundo de artesanías y oficios en creciente riesgo de desaparición, un fenómeno que afecta no solo a las que se celebran en Castilla y León sino extensible a otros lugares de Europa.
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Jesús Bombín
En este escenario pone el foco el proyecto Erasmus+, concedido a la Universidad de Valladolid, que lidera esta iniciativa gestionada por la Fundación Universidad de Valladolid y en la que están involucradas una docena de instituciones de Italia, Portugal y Rumanía. «Todo ello se gesta porque hay un gran movimiento social en aquellos lugares donde la cultura de la máscara sigue muy presente, se nota en las mascaradas que se están recuperando después de períodos de decadencia o abandono y que van siguiendo la senda de las que se han conservado», constata Pilar Panero, directora de la Cátedra de Estudios sobre la Tradición de la Universidad de Valladolid e investigadora principal del proyecto Masks.
Participan en él una docena de universidades, museos, empresas y cámaras de comercio. De la comunidad están involucradas la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León junto al Centro Regional de Artesanía y la empresa IDimás Gestión, de Salamanca. «Se trata de un proyecto docente para aglutinar y poder enseñar conocimientos que vamos a poner en valor con los propios artesanos y mantenedores de unos ritos que mucha gente desconoce. El hilo conductor son las artesanías, pero hay otra serie de saberes en torno a la cultura de la máscara como su construcción, la vestimenta, los instrumentos, los materiales que se utilizan... Si todas estas cuestiones propias de un oficio no se enseñan, nadie podrá continuarlo por falta de relevo generacional», sostiene Panero. Cita como ejemplo de actividades artesanas que ven amenazada su continuidad la antaño pujante tradición alfarera de Portillo (Valladolid), donde solo quedan cinco talleres y el regente de uno de ellos se jubila este año. «No hay reposición, y trabajo tienen».
Otra actuación pasa por favorecer el aprecio por las artesanías en la medida que los creadores de caretas atraigan a otros artistas «con el fin de que se genere un movimiento de arte urbano y máscara». También se espera que los conocimientos que expongan los participantes se traduzcan finalmente en un curso de formación masiva que involucre a unos setenta estudiantes de las instituciones implicadas en Masks y que una veintena de ellos tengan movilidad entre países.
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En Castilla y León las mascaradas se concentran principalmente en el noroeste de la comunidad (León y Zamora), y hay varias celebraciones en Ávila y Soria, en tanto que se están recuperando en algunas zonas de Burgos y Palencia. «Ninguna máscara es igual», defiende Panero. «La máscara no es un objeto ensimismado. De rito de fertilidad del campo, las personas o los animales ha pasado a ser hoy símbolo de socialización e identidad, como reclamo turístico, económico, un modo de tener representación social en algún momento del año. Hay lugares cuya existencia gracias a este rito trasciende lo local y lo provincial».
Desde Navidad hasta el Día de Reyes y en Carnaval se celebran la mayoría de las mascaradas, aunque algunas tienen lugar en otras fechas, como Santa Lucía (mediados de diciembre), el Corpus Christi (finales de mayo, principios de junio) e incluso algunas se han trasladado a fechas estivales para gozar de mayor repercusión. «Es un contrasentido celebrar una mascarada de invierno en verano, pero hay lugares donde se ha cambiado por ser el momento en que la comunidad –buena parte en la diáspora– puede reunirse para ello», apunta la profesora de Antropología Social.
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Los doce integrantes del consorcio compartirán materiales, investigaciones y publicaciones con el fin de crear una red que, una vez concluido el proyecto, permita seguir profundizando en un testimonio etnográfico que sigue aportando arraigo e identidad en tiempos de globalización.
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