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Fue uno de los momentos más esperados de la gala de los Goya celebrada en Málaga el pasado sábado: la entrega del Goya de Honor a Marisol, que recogieron en su nombre sus tres emocionadísimas hijas: María, Celia y Tamara. Justo antes de la entrega del premio, tanto Amaia como Celia Flores, a modo de homenaje, interpretaron sendas canciones -'La canción de Marisol' una y 'Estando contigo', otra- arrancando el aplauso de los asistentes en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena y en las redes sociales. Sin embargo, la interpretación de la hija de Pepa Flores también suscitó una multitud de crueles críticas.
Tres días después de la fiesta del cine español Celia Flores ha decidido romper su silencio y compartir en redes sociales una sentida reflexión sobre los «mensajes destructivos» recibidos. «Tras leer muchos mensajes destructivos en ciertas páginas, debo decir que me aterra el mundo que estamos creando. (...) Estoy de acuerdo con la libertad de expresión pero no con los cuchillos envenenados en ira destructores de almas», ha dicho la joven. La artista, aunque reconocía que no fue ni su «mejor día» ni la «actuación de su vida», insistía en que, podía gustar o no, pero ponía el acento en que «la destrucción es innecesaria». Y prosigue: «Nuestros hijos van a crecer en esta sociedad que estamos creando, me da terror que los fuertes puedan soportarlo pero que los mas sensibles caigan», sentencia.
A continuación, las palabras de Celia Flores publicadas en su Intagram:
«Después de todo este glamour y volviendo a la realidad. Quiero escribir las cosas que pienso y siento, un millón de gracias a todos los que me habéis trasladado vuestro cariño que me queréis y conocéis. Tras leer muchos mensajes destructivos en ciertas páginas, debo decir que me aterra el mundo que estamos creando, cuando pasan estas cosas la gente te aconseja, no entres, no digas pero con el corazón en la mano creo que debemos hablar. En mi postura decir que, por supuesto, no fue mi mejor día, también decir que con respeto todo se puede decir. Te puede gustar o no gustar algo pero la destrucción es innecesaria. Yo no fui a hacer mi música, con músicos en directo desde un lugar tranquila, gran responsabilidad muchisima tensión, grabado, micrófono de felpa y sí, mi voz me temblaba y sí, nada de ello justifica que lo hiciera mejor o peor. No era la actuación de mi vida para que me vieran a mí, era un guiño y el paso al premio y lo importante era el premio y madre, no yo. He leído barbaridades, más millones de mensajes de cariño. Llevo muchos años luchando por mi camino respetando a todo el mundo y sin hacer daño a nadie. Intentando aprender cada día. Que por 40 segundos cualquier palabra destructiva valga y no haya ningún filtro. Nuestros hijos van a crecer en esta sociedad que estamos creando, me da terror que los fuertes puedan soportarlo, pero que los más sensibles caigan en grandes depresiones y no haya nadie que luche por cambiar esto. Estoy plenamente de acuerdo con la libertad de expresión pero no con los cuchillos envenenados en ira destructores de almas, y si no hacemos nada para cambiarlo, lo que más tristeza me da es ver el deterioro de la humanidad mutando a seres de piedra que intentan sobrevivir en este caos.
Sin más, sigo a lo mío, a mi camino, a cargar mi equipo e irme a tocar y a seguir haciendo música con toda mi fuerza y mis ganas .
Nunca me regaló nadie nada y seguiré luchando toda mi vida con respeto y amor.
Que lo que haya arriba nos dé luz a todos para salvar nuestra especie».
La actuación de Celia Flores en los Goya
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