El Patio Herreriano recuerda la relación entre Eduardo Chillida y Jorge Guillén

«Los dibujos de manos le acompañaron a lo largo de toda su vida, fueron la primera intuición del escultor hacia el verdadero camino del arte, desde el momento en que descubrió que lo esencial en el dibujo no era la representación de la mano en sí misma, sino que la línea era la excusa para observar el espacio, la materia, los pliegues, el límite e incluso el concepto de concavidad», se señala en uno de los paneles que abren la muestra.

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Luis Chillida, hijo del escultor, recordó cómo su padre comenzó en 1984 a trabajar con las manos, partes del cuerpo «que unen, etnrelazan, son síntoma de cariño», resumió. También contó que a su progenitor le entusiasmaba hacer homenajes a personas que admiraba, «que le habían abierto la mente» y relató que el escultor vasco y el poeta vallisoletano se conocieron en Harvard en 1971.

Chillida cuenta en Valladolid con una escultura en acero, perteneciente a la serie 'Lo profundo es el aire', colocada en la calle Cadenas de San Gregorio, junto al Museo Nacional de Escultura, el 9 de noviembre de 1982. y donada por el artista donostiarra a la ciudad. La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, recordó cómo el exalcalde Tomás Rodríguez Bolaños, fallecido recientemente, «hizo lo posible porque Jorge Guillén fuera recibido en su vuelta del exilio con este homenaje artístico en su ciudad».