![Hombre calvo.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201905/24/media/cortadas/calvo-afp-kujF-U80277954393GwD-624x385@El%20Norte.jpg)
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Decimos la ocasión la pintan calva para dar a entender que las cosas no se deben pensar demasiado, para animar a otras personas a no dejar pasar de largo la oportunidad que se les brinda o para justificarnos por haber aprovechado alguna oportunidad favorable.
Si nos pensamos demasiado las cosas, podemos correr el riesgo de perder un tiempo precioso y decisivo. Porque todo tiene su momento preciso, que hay que saber aprovechar antes de que sea tarde. De ahí otra expresión, por los pelos, para indicar el escaso margen que existe a veces para conseguir o perder algo, relacionado con que hay que aprovechar la oportunidad en cuanto se nos presenta. Si la dejamos pasar, ya no hay por donde cogerla, y este es el sentido de que se la pinte calva por detrás.
Cervantes hace referencia al contenido de este dicho en el Quijote, refiriéndose a Sancho: «No hay que vacilar, sino tener decisión y diligencia para no perder las oportunidades que se presenten, pues no suelen aparecer dos veces». Y dice también que Sancho «tomaba la ocasión por la melena en esto de regalarse cada y cuando que se le ofrecía.
¿De dónde viene esta expresión? Parece que en la mitología grecorromana se representaba a la diosa Ocasión como a una bella mujer, desnuda, con alas en los pies, apoyada de puntillas sobre una rueda y sin pelo, salvo un mechón que caía de su frente.
Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), dice a propósito de la diosa Ocasión: «Pintábanla de muchas maneras, y particularmente en figura de doncella con solo un velo, con alas en los talones y las puntas de los pies sobre una rueda volúbil, con un copete de cabellos que le caían encima del rostro y todo lo demás de la cabeza sin ningún cabello; dando a entender que si ofrecida la ocasión no le echamos mano de los cabellos con la buena diligencia, se nos pasa en un momento, sin que más se nos vuelva a ofrecer».
En el Diccionario de Autoridades (1726-1739) figura la expresión asir la ocasión por la melena o por los cabellos: «frase que vale usar a su tiempo de la oportunidad que se ofrece delante para hacer o intentar alguna cosa, de que resulta provecho y utilidad, y de la omisión mucho daño».
Con el paso del tiempo la expresión perdió parte de su sentido original y comenzó a ser utilizada también para dar a entender que hay cosas que se logran más por suerte que por capacidad. Cada persona le concede el matiz que mejor le acomoda al momento.
Decir que alguien hace algo por los pelos es decir que alguien realizó una cosa justamente, en el último momento, cuando estaba a punto de pasarse la oportunidad.
En relación al propio refrán, existen diferentes variantes como: a la ocasión la pintan calva o la oportunidad es calva en la nuca o asir la ocasión por el copete.
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