Zenet: «Siempre he sido un turista accidental»

–¿Cómo surge la idea de acudir al bolero latino en este trabajo?

–Me sentía en deuda con la música cubana y resulta que mi trompetista Manuel Machado me animó y me ayudó bastante a investigar en todo ello. Estoy enamorado del bolero cubano y de esas canciones de sonoridad antigua, orquestada con mezcla de cuerda y de metales… En realidad siempre he sido un turista accidental que roba una melodía y la lleva a su terreno. Es verdad que he persistido más con el swing, pero siempre me ha gustado hacer turismo rrecorriendo diferentes géneros musicales.

–¿Le ha costado llevar a su terreno la herencia musical cubana?

–Esta vez digamos que he respetado más la forma. Es un disco muy de capas, muy arquitectónico. Hemos cuidado mucho la forma cubriendo las canciones con hasta diez o doce capas. Además, también he querido pegarme mucho al autor inicial. Es algo que se ve, por ejemplo, en la versión que hago de 'Bola de Nieve', en la que más que llevarme al original a mi terreno lo que he querido ha sido sacar a ese 'Bola de Nieve' que llevo dentro de mí.

–¿Estamos ante el disco más coral de su discografía?

–Siempre ha habido en mis discos un trabajo muy de grupo. En 'La Guapería' he contado con la luz que me han arrojado mis músicos. Por otra parte, todos somos muy transversales y nos debemos a una coherencia interna y externa. Toda esa coherencia grupal ha llevado a que, por ejemplo, en la portada del disco aparezcamos todo el grupo. No podía ser de otra manera esta vez.

–¿Por qué lo de 'La Guapería'?

–Siempre me ha gustado jugar al doble sentido. A mi trompetista Manuel Machado le he escuchado muchas veces decir aquello de '… Como tu cantas… ¡con guapería!' Y siempre pensaba que se refería a 'chulería'. Sin embargo, la connotación original de guapería se inclina más por lo peligroso, el 'cara cortada', el malencarado… Por eso me gusta jugar un poco con la confusión.

–Acaban de darle el Premio Internacional Cubadisco 2019. ¿Cómo le sienta recibir estos reconocimientos internacionales?

–Pues estupendamente. Ahora mismo venimos de tocar en México, donde hemos agotado entradas; y la verdad es que sienta muy bien ser tan querido fuera de tu tierra.

–¿Le sigue tentando la interpretación en cine y teatro?

–Conozco muy bien la Seminci porque hace 30 años presenté allí 'El joven Picasso'. Comencé en arte dramático y al final, como no me iba mucho eso de esperar a que suene el teléfono, decidí ser mi propio jefe y lanzarme a varios frentes. En 'Hache' hago un papel secundario de pianista en una Barcelona de los años cincuenta en la que está presente la mafia de entonces y el ambiente que se vivía en la ciudad. Es una historia de Verónica Fernández y me siento muy afortunado de estar a mis cincuenta años participando en una.