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La canción empieza suavecita», recuerda hoy Alfonso Pahino, 45 años después de que pisara aquel escenario «inmenso» del festival de Benidorm. Entonces, no solo el ... cantante tenía que actuar sin trucos, sino que allí también había una orquesta, en vivo, para acompañar a los intérpretes. «En riguroso directo. Y el problema es que no había ni un solo monitor de sonido. Nada que te sirviera de guía.Como 'Aléjate' comenzaba tan tranquila ('Ven, pequeña mía, dime la verdad') y la orquesta estaba lejos de mí, ahí abajo, yo no me oía nada, nada. Mientras estaba cantando, pensaba: 'Pero, ¿me estarán oyendo?' Estaba deseando llegar a la parte fuerte para escuchar bien a la orquesta».
Entonces, cuando llegó al estribillo («era potente de verdad»), Alfonso Pahino escuchó una ovación inmensa desde las gradas del Benidorm Palace, inaugurado ese mismo año. Supo en aquel momento –mientras cantaba «aléjate y busca un nuevo amor que borre de tu piel los besos que te he dado»– no solo que el público le había oído bien, sino que su canción había gustado. «Cuando terminé, lo noté en la intensidad del aplauso. No eran esas palmadas que se dan por compromiso, no».
Partía como favorita. Así lo decía la prensa en las previas del festival.Y se coronó como gran triunfadora. Consiguió el premio a la mejor canción. Pero Pahino se llevó también el galardón al mejor intérprete y el tema logró el trofeo que otorgaba la crítica especializada.
O sea, el jurado profesional y el público coincidieron, sin duda, en reconocer al cantante vallisoletano, lejos de las controversias despertadas este año en el festival de Benidorm. Aquí, no hubo dudas. «Estaba en una nube», recuerda Pahino, que se hizo con las 750.000 pesetas del certamen y la Sirenita de Oro.
«El festival se transmitió por TVE y entonces solo había esa cadena.Lo veía toda España. Ese año y al siguiente, en 1978, fui el artista más contratado.Hicimos más de 200 galas. Recorrimos España de arriba a abajo, en un Renault 5 que teníamos al principio, por esas carreteras que no eran autovía y sin aire acondicionado. Pero éramos jóvenes», rememora con una sonrisa. La crónica que publicó El Norte de Castilla el 13 de julio de 1977, con el resultado del festival, celebraba desde Valladolid el triunfo de Pahino:«Tiene la voz necesaria, el temperamento necesario para cantar, pero, además, es un incansable trabajador de la música».
Cuenta Alfonso Pahino (Valladolid, 1952) que siempre ha sido un apasionado del pentagrama. Desde pequeño.«Yo era de los que estaba todo el día tarareando.Recuerdo una vez que iba paseando por mi calle (Dársena, en La Victoria), silbando una canción, y me llevé una bronca enorme de un señor:'Pero niño, no sabes que no se puede cantar en Semana Santa', me dijo». Con 15 años montó, junto a unos amigos, su primer conjunto musical: Los Camel. «Cantaba en inglés cuando no tenía ni idea. Me inventaba la mitad de lo que decíamos en el 'Obladí, obladá' de los Beatles». Llegaron después Los Lazos, «un grupo más serio» con el que ya defendió bolos por toda Castilla y León, Madrid, Asturias, el País Vasco. «Hacíamos muchas versiones de pop español. No llegamos a grabar un disco, pero teníamos un equipo buenísimo, compramos un órgano Hammond que valía más que un coche».
La aventura musical de Pahino se interrumpió durante una pequeña temporada en la que trabajó como dependiente de Macías, la tienda de moda que había en la Plaza Mayor (y que comunicaba con escaparates hasta la de Correos). Pero el gusanillo de la música estaba ahí. Con otros amigos montó Santa Cruz –«tocábamos en verbenas los fines de semana y veranos»– y decidió probar suerte en solitario en el festival La Paz, que Radiocadena organizaba en el Teatro Calderón.
Allí le escuchó Ramón Arcusa, integrante del Dúo Dinámico, y le fichó para el sello Columbia (el mismo de Julio Iglesias, Rocío Jurado...). «En realidad, me esperó durante año y medio a que terminara la mili y luego me dijo... vente a Madrid. Al principio, iba dos o tres veces a la semana en tren o en autobús para las reuniones, para ensayar». La cosa fue tan bien que se quedó a vivir enla capital. Y allí fue cuando le llegó la posibilidad de ir a Benidorm.
Le llamaron desde la discográfica para contarle que tenían una canción compuesta por Jesús Gluck y el Dúo Dinámico que le iría perfecta para su voz. «Fue por la tarde, tres o cuatro meses antes del festival. Me la tocaron al piano en un estudio y a la semana siguiente ya la estábamos grabando y pasando a una cinta en magnetofón para que sonara en las radios».
«Me gustó mucho, desde el principio, porque me recordaba mucho a esos cantantes italianos de la segunda ola que tanto se escuchaban entonces (Riccardo Cocciante, Claudio Baglioni,Gianni Bella...). Tenía un estribillo muy potente. Era una muy buena canción. Y entonces, en los festivales se escogía la mejor canción. Hoy se elige la mejor actuación:se tiene más en cuenta la puesta en escena, el vestuario... Y yo para eso he sido siempre más clásico. Me he fijado siempre más en la voz y en la canción», dice Pahino, el vencedor sin dudas del festival de Benidorm de 1977 con 'Aléjate', una canción que 45 años después aún le regala alegrías.«Me la piden en todas las actuaciones».
Entre las próximas, el 14 de febrero, día de los Enamorados, en el Teatro Cervantes de Valladolid, cuando la cantará de nuevo junto a un popurri con los mejores temas del festival de Benidorm, desde 'La vida sigue igual' a 'Soledad' o 'A ti mujer'.
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