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A fuerza de tocarlas, de repasarlas, de enseñárselas a nuevos dulzaineros, de interpretarlas una y otra vez, hay canciones que han perdido parte de su riqueza ornamental, de ese brillo único del intérprete que otorga un vuelo especial a cada partitura. «Tengo una escuela ... de dulzaina y el hecho de tocar mucha gente junta, de ser grupos amplios, hace que en ocasiones las canciones se simplifiquen para que todos las puedan tocar», explica Luis Ángel Fernández. El nivel irremediablemente se rebaja hasta que todos los intérpretes alcanzan (si con suerte lo consiguen)la destreza suficiente para afrontar todos los matices de la pieza.
Para acompañar ese camino de formación, Fernández –junto con el percusionista Jaime Vidal– ha publicado 'Toques de fiesta', un disco libro con treinta piezas que son a la vez canciones exclusivas, de nueva composición, y estudios que permiten adquirir un «nivel amplio de habilidad y ejecución».
Son treinta composiciones que se suman al repertorio tradicional de la dulzaina, además, con partituras que facilitan el estudio del instrumento. «Nos hemos basado en los géneros habituales, como los corridos, las entradillas, las alboradas, los fandangos, las mazurcas y polcas, los bailes llanos, los pasodobles...».
Diferentes estilos para unos estudios que incluyen una «tabla de dificultad» que anima al alumno a avanzar en el estudio del instrumento. Hay libros (no muchos)sobre técnica. Y son a los que habitualmente recurren los estudiantes, como el de Germán Alameda, que se fija en las articulaciones y tonalidades de la dulzaina.
«Pero queríamos uno en el que quedaran bien descritas las distintas habilidades», explica Fernández sobre una obra que cuenta con el prólogo de Ricardo Ramos, profesor de dulzaina en el Conservatorio de Segovia, y Javier Barrio, profesor de la escuela de folclore Plaza Castilla, de Madrid.
Así, hay consejos y técnicas de respiración, digitación o picado (la forma de ejecutar con la lengua dentro de la caña). Y también consejos para abordar con maestría la ornamentación (desde los ligados a los tresillos o los dobles picados). El nuevo libro, aseguran, contribuye además a ensanchar un repertorio que, en su gran mayoría, está asentado en la tradición de principios del siglo pasado, con grandes monumentos de la dulzaina como Agapito Marazuela, Daniel Esteban o Paulino Gómez. El disco 'Toques de Fiesta' cuenta también con el prólogo del músico Carlos Martín Aires y la colaboración de los dulzaineros Jorge López, Francisco García, Mario Castán y Roberto Pérez, además de las castañuelas de Marta y Rafael Gómez.
«Lo más importante es el afán divulgativo», apunta Luis Ángel, quien recuerda que, en su caso, «como en el de casi todos», el aprendizaje llegó después de disfrutar con la sabiduría de otros maestros. «El mío fue José Luis Castán, el dulzainero de mi pueblo. Era amigo de mis padres. A mí en el colegio se me daba bien la flauta y me animaron a aprender dulzaina». Luis Ángel es hoy profesor en la escuela de música tradicional Tierra de Pinares (en Aldeamayor de San Martín), con más de treinta alumnos.
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