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Teatro Real solo hay uno y está en Madrid. La manera de acercar su escenario al resto de España pasa por retransmisiones o talleres como el que hoy ofrece Luis Gago en el Museo de Escultura. 'La tragedia de ser diferente: Benjamin Britten ... y su ópera Peter Grimes' es el título del encuentro que dirige el crítico madrileño.
«Britten vive en los últimos años su edad de oro. Se representan constantemente sus óperas y es sin duda es uno de los grandes compositores líricos del siglo XX», afirma. El día 19 el Real estrenará una nueva producción, con Ivor Bolton en el podio y Deborah Warner en la dirección escénica. Excusa suficiente para acercarse al compositor inglés.
«En la ópera, como en el sinfonismo o en el resto de la música seguimos viviendo en el barroco, el clasicismo y el romanticismo. La música del siglo XX, y no digamos la del XXI, suena poco. El prejuicio de la dificultad es falso. Cualquiera que ve 'Peter Grimes', independientemente de su edad, condición o conocimiento, se conmueve, es imposible que deje indiferente».
Su taller acercará la gestación de la obra desde documentos originales. «Ahora que parece que todo esta en Internet, que se pueden ver vídeos de la ópera, intentaré mostrar documentos originales que solo pueden verse en la sede del Festival de Aldeburgh. Las cartas entre Peter Pears y Britten y otras personas implicadas que explican cómo se forjó el libreto y la ópera. Ese será el aliciente, no será ni una clase magistral ni un contar el argumento y poner ejemplos».
Britten vivió discretamente su historia de amor con el cantante Pears. Eran diferentes pero no es esa diferencia la fundamental para Gago. «La homosexualidad en el Reino Unido estuvo prohibida hasta 1967, iban a la cárcel como Wilde. Pero 'Peter Gimes', como toda gran obra de arte, es de una extrema ambigüedad. No hay ni una sola mención a la homosexualidad del protagonista aunque se pueda suponer. Admite esa lectura pero no es lo trascendente. Para mí lo más importante es el dilema de una sociedad que rechaza la diferencia, puede estribar en la orientación sexual o en otras cuestiones. Grimes es un pescador que vive solo, que trabaja con niños aprendices que mueren en situaciones extrañas. Hay muchas zonas de sombra y cada uno lo puede interpretar como quiera. Ahí está la grandeza de una obra, que admite tantas lecturas diferentes como gente se acerque a ella».
En cuanto a la distancia entre personaje y creador, «Grimes es codicioso, su deseo es pescar mucho, vender, montar una tienda, hacerse rico. Britten no, es uno de los compositores más generosos. Todo lo que ganó, los derechos de sus obras que siguen vigentes, se reinvierten en su festival, escuelas y producciones musicales. Tenía una idea arraigada de hacer música para sus vecinos para su comunidad, prefería eso a hacer obras maestras».
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