Tomás Martín y la Camerata de Ponferrada ponen de moda las castañuelas

Con un repertorio que abarca desde el clasicismo a la actualidad quieren reivindicar la música española, «que se programa poco en las salas de concierto» apunta Tomás. Comienza con 'Zapateado', de Mateo Albéniz, «era organista de la capilla de Bilbao y esta obra es muy conocida para los pianistas que la tocan en el conservatorio. Hemos hecho un arreglo para tocarla con castañuelas». Seguirán con 'Cuatro escenas de la Suite Española', de Isaac Albéniz, concretamente con 'Sevilla', 'Córdoba', 'Asturias' y 'Castilla', en un arreglo de Chaviano. Después 'Suspiros de España', orquestada por Cristóbal Halffter, 'Victoria's Secrets II', de Israel López Estelche, y 'Pasotango', de María José Cordero. Estas dos últimas compuestas para el percusionista.

Tomás es de los pocos que toca las castañuelas «sin ser bailaor». Desde hace tiempo divulga este pequeño instrumento de percusión. «Al público le llama mucho la atención que cambie de castañuelas según la obra. Por ejemplo, las escenas de Albéniz, uso un par para cada una. Según su tamaño, tienen un color más grave o agudo. Cuando toco con orquesta, uso las grandes. Cuando lo hago en dúo con mi pianista, Eva Llorente, elijo entre las pequeñas». Confía en un fabricante valenciano, Jale. «Cada vez que voy paso entre cuatro y cinco horas eligiendo». Le gustan las de granadillo, «es una madera muy dura y difícil de trabajar, que necesita un secado de entre 25 y 50 años. Es importante que sean simétricas porque si no, no suenan como debe».

Tomás Martín sigue ganando agilidad en los dedos con este instrumento. «La edad va en contra, sin embargo, las castañuelas me provocan lo contrario».

La Camerata, que dirige Daniel Bombín, está formada por dos violines primeros, dos segundos, dos chelos, dos violas y un contrabajo. 'Esencias' tendrá formato físico una vez se distribuya la versión digital.