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El Teatro Cervantes apuesta por la música y por la variedad de estilos y registros en su programación especial de Semana Santa. Cinco espectáculos se despliegan entre el jueves y el domingo a cargo de la compañía de teatro madrileña La Tomasa y los artistas ... locales Arturo Benito, Fran Pahíno y Ad Libitum. «Hemos intentado tocar todos los palos y que hubiera oferta para todos los públicos y para gustos diversos», explica el gerente del espacio cultural Francisco de la Fuente.
La propuesta cultural del Cervantes para estas fechas se inicia el jueves 1 con La Tomasa, que hace doblete con dos espectáculos. El primero de ellos, a las 17.30 horas, está dirigido al público infantil y pone en escena 'El pequeño Merlín, Aprendiz de Brujo', un musical con títeres, voces en directo y audiovisuales que nos explica cómo Merlín se convirtió en el hechicero más famoso de la historia. Dos horas y media después, a las 20 horas, la misma compañía ofrece una de sus obras dedicada al público adulto: 'Amor y copla', la historia de amor de Lola y Mario, los protagonistas del célebre musical 'Las cosas del querer'. Una comedia con traición, chantaje y muchas coplas clásicas de toda la vida interpretadas en directo por la compañía madrileña.
A partir del viernes 2 la oferta corre a cargo de artistas locales representantes de diversos estilos y géneros musicales. El mismo viernes, a las 19.30, el protagonista es Arturo Benito, un cantautor que frecuenta círculos poéticos de la ciudad como PerVersos, que en esta ocasión presentará el repertorio de su tercer disco 'Amor en gris menor sostenido'. Habitualmente acompaña con su guitarra a sus compañeros de aventuras poéticas, pero el viernes serán los rapsodas los que acudan en su apoyo, y a lo largo de la función irán salpicando el concierto con recitados de sus propias composiciones. Ruth Iglesias, Gustavo González, Sergio Palomo, Mayte Hernando, Edgar Masa y Fran Soto serán los encargados de aportar sus versos al recital. «Son canciones sencillas con letras llenas de poesía que tocan la fibra de quien las escucha con calma», explica Francisco De la Fuente.
El sábado, a las 19 horas, se produce un nuevo cambio de registro en el Teatro Cervantes para hacer hueco a la canción melódica. El vallisoletano Fran, sobrino de Alfonso Pahíno, y dotado de una voz talentosa, se atreverá con el repertorio del cantante Luis Miguel a quien rinde homenaje. Se trata de un espectáculo que Fran lleva meses preparando y que incluirá apoyo audiovisual. Asimismo, contará con la colaboración invitada de la también vallisoletana Clara Prados a la que Fran define como «la voz más dulce y talentosa de su generación».
«Es un valor en alza que busca distinguirse de su tío trabajando un repertorio distinto», explica De la Fuente. El espectáculo incluirá las mejores canciones Luis Miguel, artista también conocido como 'El sol de México, incluyendo temas rítmicos como 'Ahora te puedes marchar', baladas como 'La incondicional' o boleros como 'No sé tú' o 'Usted'.
Finalmente, el domingo llega el turno de la música de cámara de Ad Libitum, formación surgida en el seno de la Joven Orquesta de la Universidad de Valladolid, si bien en una versión peculiar, porque los integrantes del conjunto de cámara (compuesto por violín, viola, chelo y oboe) han optado por reproducir en escena algunas de las mejores y más populares bandas sonoras de la historia del cine. El concierto 'Suena de cine' será a las 19.30 horas.
V. A.
Al cantautor vallisoletano Arturo Benito se le podría definir como un verdadero aficionado profesional. Con décadas de trayectoria a sus espaldas, y con tres discos autoproducidos, este viernes, en el Teatro Cervantes, dará el salto de cobrar por primera vez por subirse a un escenario. La anécdota da idea de hasta qué punto Benito ha preferido disfrutar de su música, compartiéndola y regalándola, antes que verla como posible fuente de negocio. Porque, aunque sus canciones sean sencillas y no estén llamadas a seducir a las masas, no por ello carecen de atractivo. El único requisito es sintonizar con la longitud de onda en la que están escritas, que evoca los tiempos gloriosos de aquellos hombres y mujeres que salían a escena con la sola compañía de su guitarra.
Hay, sin embargo, algo que distancia a Benito de algunos de los viejos cantautores que son su fuente de inspiración -por aquí y por allá aparecen ecos de Paco Ibáñez o Javier Krahe, mientras él admite, además, la influencia de Sabina o Silvio Rodríguez- y es su desinterés por la temática política, incluida la que se camufla en temas de concienciación social. «Tengo el convencimiento de que la poesía está muy lejos de la política y que no debe mancharse con ella. Y menos tal y como se entiende ahora».
Hay sí, apelaciones en las canciones a asuntos como la justicia, la paz o la solidaridad, pero con una premeditada voluntad de esquivar cualquier sesgo ideológico. «De forma expresa huyo de realizar apología de nada. Quien sólo conozca mis canciones no sabrá si soy de izquierda, derecha o centro», afirma convencido.
En realidad, su pasión por la música nació en su adolescencia de seminarista en los años setenta en Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. Allí se encontró con Fernando San Romualdo, que era por entonces el rector del seminario. «Amaba la música y llegó a publicar cuatro discos que tuvieron cierto éxito en el ámbito de los grupos adolescentes religiosos. Todavía hoy en algunas parroquias de Valladolid se cantan sus temas», recuerda Benito. «Este hombre me enseñó a tocar la guitarra y a captar la fuerza de la música». Y también le acostumbró a tocar en público, cabría añadir, porque el niño que Benito era entonces participaba con otros en giras por Soria, Salamanca o Burgos.
Mucho tiempo después, y ya fuera del seminario, Benito se reencontró con su pasión a través de la poesía, tras vincularse con el grupo poético 'PerVersos'. «Descubrí que tenía canciones compuestas hacía 30 años, guardadas en un cajón, y sentí la necesidad de echarlas a volar». Viejas y nuevas composiciones han sido recalando en sus discos: 'Imágenes', 'Ríos de palabras' y 'Amor en gris menor sostenido' que es el que presentará en su recital del Teatro Cervantes, aunque también tocará temas de sus trabajos anteriores. Discos no sólo autofinanciados, sino grabados en su propia casa. La simplicidad de sus canciones -esencialmente voz y guitarra, más el acompañamiento de una voz femenina que se incorpora como novedad en su último disco- facilita que el resultado sonoro sea suficientemente bueno. Pero la clave está en sintonizar con las letras, a ratos traviesas, a ratos voladoras, y siempre sugerentes, de sus temas.
«Mis canciones no son comerciales, y no mido mi éxito por la cantidad de público que las escucha sino por la comunicación que pueda establecer con él. Lo que no quita para que me gustaría llenar el Teatro Cervantes este viernes, como es lógico», explica Arturo Benito. Lo que sí busca es componer «canciones que digan algo y que transmitan un mensaje de profundidad y de belleza, sin desdeñar de vez en cuando la ironía». Canciones que aspiran a arrullar más que arrollar y que se lanzan al vuelo en busca de algún alma amiga con la que conversar.
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