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La cantante lisboeta Teresa Salgueiro abrió este miércoles por la noche el ciclo 'Noches en San Benito' en Valladolid con una velada repleta de sensibilidad, volatilidad y viajes a otras épocas. Evidentemente, la música antigua y la música de raíz portuguesa son fuentes de las ... que emanan esos tránsitos, pero no cabe duda de que la voz onírica de Salgueiro sigue potenciando aun más este tipo de sensaciones.
Ante un público que registraba más del medio aforo del Patio de San Benito, salió al escenario flanqueada por un cuarteto compuesto por guitarra, contrabajo, batería y acordeón. La cantante repasó sus cerca de quince años en solitario desde que decidiera a emprender viaje en solitario al margen de Madredeus.
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En 2005 sorprendió con 'Obrigado', arrancando una carrera de investigación sobre la música antigua portuguesa que parte desde el siglo XIII. Por supuesto, durante estos quince años ha recorrido más parámetros, incluyendo el fado e incluso un folk intercontinental ciertamente 'portugalizado'. En este último sentido, fue brillante la sorprendente adaptación de ese 'Gracias a la vida' de Violeta Parra.
Pero antes de cantar a Chile, arrancó con canciones de su último disco, lanzado hace ya seis años, bajo el título de 'O Horizonte'. «Ojalá la humanidad avance y tenga la voluntad de hacer un gran cambio en unidad», comentó después de cantar 'Maresia' y justo antes de interpretar 'A cidade'. Sin duda, fue un inicio repleto de elegancia y de clase tradicional.
Ataviada de blanco en contraste con sus músicos, Salgueiro pasó a otro capítulo de una noche repleta de variedades folklóricas y geográficas. De su último trabajo, la cantante lusa evocó ecos de siglos atrás… concretamente del siglo XIII interpretando adaptaciones de las 'Cantigas de Santa María'. Y es que Salgueiro es, en estos momentos, uno de los escasos valores musicales capaces de recuperar la tradición oral con resultados exitosos de popularidad. Y ella recupera la tradición con una belleza y una atemporalidad totalmente necesaria para la pervivencia de las raíces. De antiguos siglos, pasó a homenajear a América Latina. Primero con la mencionada versión de Violeta Parra y después con la adaptación de una pieza del guitarrista mejicano José López Alavés, 'Canción mixteca'.
España también fue objeto de esta recorrido global en el repertorio de la noche. Interpretó, nada más y nada menos, que el 'Zorongo gitano' de Federico García Lorca con percusión de palmas y con un preciosismo luso arrebatador.
A lo largo de la noche tampoco faltaron momentos dinámicos como ese '#alegria' que tanto ayudó a sus seguidores en pandemia y que este miércoles sirvió para cerrar un concierto profundo pero inequívocamente popular.
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