Subramaniam, con su violín, en el paseo de Zorrilla. Carlos Espeso

L. Subramaniam : «El jazz es global porque funde la música del mundo desde la improvisación»

El violinista actúa hoy en el Delibes y mañana en el Auditorio Nacional de Madrid, en el marco del 75 Aniversario de la independencia de la India

Carlos Aganzo

Valladolid

Miércoles, 5 de octubre 2022, 00:08

Esta tarde, en la sala experimental del Miguel Delibes, con un concierto de música carnática, al lado de Tanmuy Bose (tabla), Shekar T. (tavil), Satya Sai G. (morsing) y Mahantesh Nagaraj (ghatam). Y mañana, junto a la OSCyL y a la voz de su esposa, ... la cantante Kavita Khrisnamurti, en el estreno de 'Shanti Priya' y su 'Mahatma Symphony'. La presencia del violinista y compositor L. Subramaniam, uno de los grandes del mundo en su instrumento, será uno de los principales acicates de la séptima edición del ciclo 'India en Concierto: Inner Light'.

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–Seis años después de estrenar su 'Concierto Isabella', para celebrar los sesenta años de relaciones diplomáticas entre la India y España, regresa a Valladolid para conmemorar el 75 Aniversario de la Independencia de la India... ¿Qué recuerdos le trae hoy aquello?

–Una experiencia fantástica. El nombre de «Isabella» está muy unido a mi vida. Es el nombre que aparecía en la madera de un violín, grabado al lado de un castillo español, que me regaló un seguidor mío de los años ochenta, que me perseguía de teatro en teatro. En mi familia, entonces, usábamos el nombre de «Isabella» para referirnos a una vecina muy chismosa que vivía al lado de nuestra casa. Cuando me propusieron entonces estrenar en Valladolid pensé en Isabella y en aquel castillo, y compuse 'Concierto Isabella'. No se puede imaginar mi sorpresa cuando descubrí que Isabella era también la reina Isabel la Católica, vallisoletana, que tenía su castillo muy cerca de aquí... El destino.

–Hoy escucharemos música de la tradición carnática, en la que usted y su padre, el profesor V. Lakshmirayana, revolucionaron el papel del violín...

«En occidente creen que lo único clásico es lo occidental. Mi tesis es que hay otras tradiciones clásicas»

–El violín era un instrumento colonial que se utilizaba únicamente para acompañar. Mi padre fue el primero en querer darle protagonismo. Él tocaba a la arábiga (con el violín casi vertical, ligeramente inclinado), y yo lo hago también a la occidental (sobre el hombro). Cuando me fui a estudiar a California, en 1973, me dijo: si no consigues poner tu violín en el primer nivel mundial, será mejor que te vuelvas a la India y ejerzas de médico.

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–Parece que no hizo falta...

–Desarrollé las técnicas de mi padre, consciente de que el camino del virtuosismo era el único posible. En California el productor musical Richard Bock me escuchó y decidió que nos fuéramos de gira por Europa. Allí me propusieron grabar un disco con el danés Sven Asmussen, un músico de jazz, y yo dije que sí por divertirme. 'Garland'. Como estaba muy preocupado por lo que podía suceder con mi reputación cuando volviera a la India, decidimos grabarlo en Estados Unidos con músicos de allí... Yo casi me había olvidado del disco, hasta que un día me enteré de que estaba en el 'top ten' al lado de Miles Davis...

–Después ha actuado con George Harrison, Yehudi Menuhin, Stephane Grapelli, Herbie Hancock, Stevie Wonder... Y ahora está al frente de su propio Festival de Música Global... ¿Lo global, antes que lo clásico?

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–En Occidente se creen que lo único clásico es lo clásico occidental. Mi tesis es que hay otras tradiciones clásicas, entre ellas las dos que tenemos en la India. Por eso prefiero el concepto de Global Music. Mi primera 'Sinfonía global' se retransmitió por primera vez a través de 98 emisoras de radio de Alemania al mismo tiempo.

–Lo global, con el 'pegamento' del jazz...

–El jazz es global porque funde la música del mundo desde la improvisación. Con Menuhin y con Grapelli aprendí muchas cosas sobre el jazz y sobre la música. Con el primero, que era un maestro, compartía la escritura. Con el segundo, la improvisación. Me hubiera gustado tocar más con Grapelli, pero se murió cuando íbamos a celebrar el 70 cumpleaños de Menuhin en Bonn...

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–También, a través de Grapelli y de Django Reinhardt, se interesó por la música gitana... ¿Y por el flamenco?

–Con el guitarrista Jorge Strunz, al que conocí en California, grabé mi álbum 'Spanish Wave'. Él me enseño que el flamenco tenía algo muy especial.

–Y se quedó con las ganas de tocar con Paco de Lucía...

–Así es. Le conocí a través de John McLaughlin, que había tocado con él, pero se murió cuando tenía previsto venir a nuestro festival. Creo que mi violín habría sonado muy bien a su lado.

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