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Serrat deposita en una caja de seguridad el primer disco que grabó. Zipi Aragón / EFE
Serrat ingresa en la Caja de las Letras: «Hoy don Quijote saldría muy mal parado»

Serrat ingresa en la Caja de las Letras: «Hoy don Quijote saldría muy mal parado»

El cantautor deja un legado compuesto por la partitura original de 'Mediterráneo', un libro de versos, un disco y su máquina de escribir

Antonio Paniagua

Madrid

Jueves, 10 de abril 2025, 15:32

La Caja de las Letras del Instituto Cervantes ya huele a Mediterráneo, a poesía y música. El cantautor Joan Manuel Serrat depositó este jueves en la que caja del Instituto Cervantes su legado. En una ceremonia conjunta en la que recibió el premio que concede la Asociación de Editores de Madrid, el músico dejó en la caja 1.276 objetos muy queridos, de los que le ha costado desprenderse: la partitura original de la canción 'Mediterráneo', el primer disco que grabó en 1965, una antología poética de Miguel Hernández que compró en Madrid en una librería «de contrabando» y una máquina de escribir portátil que le ha acompañado a todos los sitios. El compositor hizo votos por que la herencia de don Quijote siga viva, aunque hoy en día la criatura de Cervantes sufriría más percances que hace siglos. «Está pasando por un mal trago, un mal momento realmente», dijo. «Pero quizá el talento de Cervantes sigue perfectamente vivo y los personajes de Cervantes siguen diciendo unas cosas que nos pueden ser hoy en día también muy útiles. Realmente don Quijote saldría muy mal parado, mucho peor que lo que salió en su época original».

Quién le iba a decir al 'nou' del Poble Sec que sus cosas más queridas iban a compartir espacio con manuscritos de los grandes de la literatura. Aunque Serrat nunca ha pensado en la posteridad, le ha sido grato dejar en el Cervantes una serie de bienes que han sido muy representativos de su carrera. «No he hecho prácticamente nada en la vida pensando que iba a dejarle algún legado a nadie y a nada, ni cuando mis hijos nacieron. Han sido cosas que han ido ocurriendo en la vida, a la cual estoy muy agradecido porque me ha permitido ejercer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha permitido expresarme y encontrarme con los demás», aseguro poco antes de entrar en la cámara acorazada del que fuera Banco Español de Río de la Plata.

Acompañado de su mujer, Candela Tiffón, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la Asociación de Editores de Madrid, Manuel González Moreno, entre otros, el cantautor traspuso la maciza puerta circular de entrada del antiguo banco. Todos los objetos legados por el compositor hablan de un pasado glorioso, incluida su máquina de escribir de siempre, un trasto que pesa mucho y que ha sido su confidente, el artefacto con el que ha alumbrado poemas, cartas y letras de canciones. «Con ella iba de viaje y en ella escribía. Ha sido una gran compañía. Es tremendo lo que pesa, pero llenó mi vida y llenó muchas horas en las que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel».

«Querido Nano, nos has enseñado a vivir con versos en la boca», apuntó García Montero, quien aseveró, parafraseando una de sus canciones, que «recibir su legado es una fiesta». «Es un modo de celebrar la educación sentimental de los españoles, que está en conversación con el exilio, la memoria y la imaginación del futuro», destacó el responsable del Cervantes.

Reconciliado con la vida

El homenajeado se siente a gusto con la vida y no descarta sacar otro disco, a pesar de su retirada de los escenarios. Lamenta, eso sí, el deterioro de la industria musical y las malas condiciones de vida que dispensan ahora las plataformas a los músicos. Aun así, celebra la vida. «Cada día que me despierto me siento estupendamente. Pienso que la vida es un acto maravilloso a pesar de los pesares. Procuro retrasar la hora de las noticias y de encender la tele para enterarme de ciertas cosas. Y mirando a mi alrededor parece que la vida sigue siendo un regalo».

«Gracias por darme el homenaje que es dejarme en vida entre tan buenos muertos», agradeció Serrat, antes de recibir el XXIX Premio Antonio de Sancha que otorgan los editores de Madrid.

Serrat estaba hoy en su salsa, entre gentes de letras y amigos. Y, sobre todo, con amantes de los libros. «Aparte de lector, soy un maltratador de libros. Los mancho, los tacho, los subrayo. Aquellos que hereden mi biblioteca podrán seguir el rastro de mi vida», dijo Serrat, orgulloso de haber hecho que crecieran las ventas de ejemplares de poesía gracias a poner música a los más hermosos versos de la literatura española y latinoamericana.

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