El pop rock de Signals y el jazz de Cream Quartet en el Cervantes

Signals es un grupo integrado por seis músicos (Diego Fernández de Valderrana, Carlos Gangoso, Juan Seguín, Pablo Almarza y los hermanos Ángel y Quique Pérez) jóvenes -actualmente todos ellos cursan estudios universitarios- que llevan siete años en el mundo de la música con ensayos y conciertos intermitentes, el último de ellos en Porta Caeli, antes del cierre a causa de la pandemia. Dedicados fundamentalmente a las versiones de clásicos de la movida -querencia que se nota en su primer tema original 'Poema fantasma', donde se perciben ecos de Loquillo, Gabinete Caligari o incluso de los Hombres G- han incorporado recientemente a su repertorio temas del grupo burgalés La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.o.d.a.) entre otros estilos y grupos que se mueven en el ámbito del pop y el rock.

Ahora preparan la grabación de su primer EP, todavía sin título, con un puñado de temas propios que esperan tener concluido a mediados de verano, y que presentarán en un concierto de carácter íntimo, muy distinto del que ofrecerán en el Teatro Cervantes. La cara de Signals que podrán escuchar quienes acudan al concierto de este domingo será la del grupo que se ha rodado cantando versiones de otros. De hecho, sólo está previsto que interpreten un tema propio.

El viernes el cuarteto de jazz vallisoletano Cream Quartet dará gusto a los aficionados al género con versiones de algunos de los temas más emblemáticos de la creación jazzística que llevarán a su terreno, que se basa en la fusión del jazz con lo latino y el funk. Cream Quartet está formado por el saxo Joaquín García, el pianista Jesús Garrote, el baterista Jesús 'Pistolo' y el contrabajista Alfonso Abad y su repertorio incluye temas como 'Spain', de Chick Corea, 'A night in Tunisia', de Dizzy Gillespie, así como otros de Herbie Hancock o Paquito de Rivera.

El estreno nacional de la obra 'Un cadáver no tan exquisito', de la compañía 'Salto al vacío', completa el programa del Teatro Cervantes. El contexto es la reunión de dos parejas, las formadas por Jacobo y Muriel y por Luis y Violeta en la casa de estos últimos para jugar al juego 'El cadáver exquisito'. Pero algo trágico ocurre que interfiere en lo que debía ser una velada más o menos convencional generando un conjunto de delirantes situaciones que, según sus intérpretes, convierten un punto de partida trágico en una obra esencialmente cómica.

Salto al vacío es una compañía madrileña fundada por Marian Hernando y Vanessa Hernansanz. «Nuestras obras son puramente realismo, ficción, comedia, violencia, crítica, humor absurdo, tragicomedia y muestran amor, desamor, conflicto, risas contagiosas, mentiras, lágrimas, temor, éxtasis, exposición, y un largo etcétera», aseguran.