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Roberto terne
Valladolid
Domingo, 31 de mayo 2020, 09:29
Nadie se moja en estos momentos. Tras la caída de la mayoría de los grandes eventos y festivales previstos tanto para verano como para el resto del año, los que aún han no se han cancelado siguen impertérritos en su plataforma de ventas luciendo estoicismo. ... Es una estrategia que tiene su sentido sugestivo, a decir por el sentimiento optimista que supone avanzar en las fases de desescalada mientras el tiempo veraniego se impone y se sale de la confinada primavera del 2020. A la espera está de confirmarse si estos grandes festivales se realizarán en su formato habitual o bien a modo de 'ciclo' repartiendo su cartel en diferentes fechas para audiencias menos masivas.
En medio de este ambiente tampoco se mojan las voces de las instituciones. El departamento de comunicación de la Delegación del Gobierno en Valladolid declara que «no podemos dar información de grandes eventos más allá de julio porque la situación es muy cambiante». Lo mismo ocurre con los ayuntamientos de la región que tienen sus programaciones previstas en la segunda parte del verano. La mayoría de ellos no han comunicado las cancelaciones de estos eventos. Es más: Hay oficinas de management que confiesan que están comenzando a recibir llamadas para contratar a sus artistas para el mes de agosto y septiembre. Y no precisamente para eventos con restricciones ni de aforo ni de desconfinamiento.
¿No todo está perdido para los eventos musicales supervivientes de la covid? La respuesta la tendrá una caprichosa asociación integrada por la presión popular, la responsabilidad cívica y (vaya, casi nos olvidamos) ese virus que se ha cargado a casi 350.000 personas en todo el mundo en solo 80 días. La presencia o ausencia de rebrote de coronavirus será la que a corto plazo determinará la continuidad de esos espectáculos de julio y agosto que decidieron permanecer en activo. Y de nuevo todo el mundo volverá a leer el BOE del rock and roll.
Claro, que hablamos de solo unos pocos cuando nos referimos a eventos y festivales que han decidido permanecer en el calendario de verano mientras los decretos no les indiquen lo contrario. La mayoría de los grandes encuentros musicales hace semanas y días que tiraron la toalla con la mirada puesta en que el estado de alarma incluyera la situación de 'fuerza mayor'. Tras esta vía se atenuarían las responsabilidades unilaterales de los contratos con los artistas y se posibilitaría una devolución de entradas más laxa para los promotores. En esta situación, los que decidieron cancelar lo hicieron más por la desconexión del público con un ocio sin garantías que por un 'decretazo' determinante por parte del gobierno de cara al verano. La respuesta está en la paralización de la venta de entradas y en las inciertas restricciones que se puedan imponer o no, tanto para la acomodación del público como para la explotación hostelera de los conciertos. Abrir la verja de una inversión de cientos de miles de euros con restricciones y sin garantías no está en los cánones de lo que se entiende por el negocio de la fiesta, que es de lo que estamos hablando.
Los que quedan
'Nos vemos en 2021' es por tanto el diplomático aviso que a nivel global han transmitido los grandes eventos. Una reprogramación siempre es más cómoda que una cancelación, especialmente si se quiere evitar una masiva solicitud de devolución de entradas. A nivel nacional, el Primavera Sound, el FIB e incluso encuentros enmarcados en septiembre como el zaragozano Vive Latino anunciaron su traslado a 2021. En Castilla y León, la tónica ha sido similar a excepción del festivales como Conexión Valladolid o Palencia Sonora.
La celebración de Conexión Valladolid prevista para finales de junio se ha trasladado al 28 y 29 de agosto. Este año el festival exhibe un potente cartel donde el hip-hop, el indie y la presencia local están en primer plano con Kase.O, Macaco, Nathy Peluso, Lola Índigo y Arizona Baby, entre otros. Por su parte, Palencia Sonora también aplazó su edición prevista para junio a los días 11 y 12 de septiembre. Y es que la última semana de agosto algunos la vislumbran no como el fin del verano sino como el reinicio de los grandes espectáculos. Todo ello, claro, si un rebrote de la covid o un protocolo sanitario no tira por tierra las intenciones de disfrutar del ocio musical. Todo el mundo está pendiente de cómo permitirá la 'nueva normalidad' el funcionamiento de las zonas de acampada, las barras al aire libre, los WC y las zonas de contacto. De momento, la Delegación del Gobierno en Valladolid informa que aún es pronto para para hablar sobre decisiones en torno a esos eventos que están medianamente alejados del momento actual.
Por decidir están aún los encuentros mayores de Sonorama y de Ebrovisión. La organización de Sonorama confiesa que el tiempo está en su contra. «De momento –sostienen– estamos manteniendo la información y siempre somos optimistas pero no sabemos si a mediados de agosto asistiremos a una nueva normalidad que permita hacer con garantías el concepto de gran festival que hemos desarrollado siempre».
El festival de Aranda aboga por la responsabilidad en su página web. «Solo habrá Sonorama si podemos garantizar vuestra seguridad», dice Javier Ajenjo (director) en la web del certamen. The Lightning Seeds, Kaiser Chiefs, La Casa Azul, Coque Malla y Celtas Cortos continúan anunciados en el cartel.
Otro festival que aún se mantiene pero con más garantías de que se desarrolle es el Ebrovisión de Miranda de Ebro. En esta edición se celebra el 20 aniversario y ofrece una programación 'secreta': solo anunciará a sus grupos 'in situ' antes de que suban al escenario. Tiene previsto realizarse entre los días 3 y 5 de septiembre.
En lo relacionado a las últimas caídas del calendario, hemos asistido recientemente a la cancelación (sin aplazamiento en 2020) del Huercasa Country Festival de Riaza. Por su parte, el festival Blues de Béjar traslada su edición a 2021 pero dejando la puerta abierta a una versión reducida del certamen para este verano. El Festival Músicos en la Naturaleza de Gredos también fue uno de los primeros que anunció su traslado al 2021..
Medidas sanitarias
Aunque el patrón de la desescalada sigue siendo un libro abierto, el aquí y el ahora indica unos patrones de seguridad sanitaria en los espectáculos realmente exhaustivos . El Gobierno se pronuncia de momento con la reducción de aforos, acomodación en butacas y localizaciones al aire libre. Pero evidentemente hay más.
Juan Carlos de Frutos es director de seguridad de Securia, empresa especializada en planes de seguridad y autoprotección para grandes eventos. Su empresa tiene diseñado un sofisticado plan de prevención sanitaria anti-Covid 19 para los eventos que puedan realizarse este verano. Atención al catálogo: Arcos de higienización para la entrada de cada espectador, cañón de ozono, higienización de sillas y butacas, adhesivos de suelo y superficies para dirigir y filtrar al público, superficies de pisada impregnadas en lejía (pescozón... ¿qué hacemos con los alérgicos a la lejía?), paneles de metacrilato para venta de tickets, barra y merchandising... Y esto es solo un apunte.
La premisa fundamental aún en estos momentos de cierto optimismo es según la planificación de esta empresa de seguridad «evitar en la medida de lo posible el cruce de masas». Para ello su personal trabajará en garantizar el espacio de un metro entre los asistentes durante el tiempo en cola hasta la entrada al evento. También se dispondrá de cámaras termográficas para detectar la temperatura de cada asistente. Proyecciones en audio y vídeo deberán dar a conocer a los asistentes constantemente sobre las informaciones preventivas. Otro de los puntos importantes es el control de que el flujo de movimiento de los espectadores siempre sea unidireccional. Como puede verse, el plan de seguridad en estos momentos incluye mucho más que geles y bidones de hidroalcohol.
¿Y las salas?
De momento el plan de desescalada no contempla la realización de conciertos en recintos cerrados. Se está por tanto pendiente de que la nueva normalidad prevista para finales de junio ofrezca premisas y directrices en lo relacionado con aforos y prevención sanitaria en clubs de música en vivo. La PSDC (Plataforma de Salas de Conciertos) que representa a más de 270 salas de toda España, lamenta que las medidas del Ministerio de Cultura y Deporte «han sido adoptadas sin consultar ni consensuar previamente con el sector al que representamos» a la vez que resalta la falta de interlocución directa del gobierno con las salas de conciertos.
Carlos Quintana (responsable de programación y producción de la sala vallisoletana Porta Caeli) anuncia las medidas que tiene preparada la sala para afrontar el otoño de 2020 en caso de que no aparezca un temido rebrote del virus. «Contaremos con un 'corona kit' en la sala formado por dispensadores de hidrogel repartidos por la sala, toma de temperatura a la entrada, mascarilla para el que no la traiga y una alfombra roja a la entrada previamente desinfectada».
En cuanto a lo relacionado con el aforo, Quintana también se suma a la incertidumbre de su gremio. «Esperaremos noticias de aforo, que desde la asociación de Salas de España ACCES entendemos que si todo va bien podamos recuperar por lo menos el 70 % del aforo total, sino es el 100 x 100».
Celebración social frente a distanciamiento social. Música en vivo frente a desescalada de confinamiento... aunque sea a corto o medio plazo, queda claro que aún hay mucho que ver y que definir.
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