Ricardo Prieto, segundo músico castellano y leonés que logra plaza en los 30 años de la OSCyL

Zamorano de 1987, algo pesó en su profesión el hecho de tener una abuela pianista, profesora del Conservatorio. «Me dicen que de pequeño preguntaba que quién me había elegido un instrumento tan grande, pero nunca quise cambiar. Imagino que fue cosa de mi abuela», recuerda Ricardo. Estudió el Grado Superior en Salamanca y tuvo de profesor al solista de chelos de la OSCyL,Marius Díaz. Después dos años de máster en Utrecht y comenzó a tener 'bolos' sinfónicos. «La primera vez que toqué con la OSCyL fue en 2011. Alternaba con colaboraciones en la Orquesta de Galicia y en la de Cadaqués».

No dejó de frecuentar a ONE y la OSCyL cuando le llamaron para cubrir una excedencia en la Orquesta de Extremadura y allí después logró una plaza fija. «Estuve desde 2013 hasta ahora, tres años de solista. Como músicos, siempre buscamos una mayor motivación en nuestro trabajo y después de tanto tiempo sacaron esta plaza y me presenté. Aquí hay gente muy profesional y quería venir». Sobre las pocas sillas ocupadas por músicos nacidos en la comunidad, Prieto descarta que sea por carencia, «hay buena cantera de músicos, yo tengo a muchos compañeros con plaza en orquestas de fuera de España. Cuando acabamos España estaba en plena crisis. No se convocaban plazas y la gente se fue».

Tras la pasión por la cámara, «cuando eres más joven tienes más energía y ambición, piensas en ser solista, me gustaba la cámara, pero casi ni los grandes pueden dedicarse solo a ella», la opción sinfónica emergió rápida. «Tengo ganas de que podamos volver al repertorio grande, con muchos músicos sobre el escenario, será cuando nos vacunen. De momento tenemos en breve una 'Quinta' de Mahler y hay curiosidad por ver cómo suena en este escenario ampliado». Se estrenó con el primer concierto en streaming de la OSCyL, «la ventaja de esta situación es que se crea un archivo audiovisual».