P. Alonso y M. Barbagelata. El Norte
Crítica de música

Repertorio infrecuente bien jugado

Ambos pianistas expresaron bien sus cantos en el Moderado, el II en el lento e infantil popular y muy exactos y ajustados en el vivo y complicado final

Domingo, 17 de diciembre 2023, 18:48

Pablo Alonso (Málaga, 1991) y Mateo Barbagelata (Madrid, 1990) formaron este Dúo 'Dedos azules', al coincidir en Zwolle (Países Bajos) en sus estudios de perfeccionamiento tras inicio en nuestros conservatorios; escogieron difundir esta especialidad «a 4 manos», como vienen haciendo por Neederland, Euskalherría y Madrid.

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Dos arreglos de G. Kurtág sobre la Obertura-Sonatina del 'Actus Trágicus' y el Coral 'Oh!, Divino Cordero inocente' de J.S. Bach, por delante, Pablo en el I y Mateo en el II (posiciones que alternaron en cada pieza), hechas con cierta morosidad, dieron adecuado toque fúnebre a la 1ª y variado a la 2ª según las 3 invocaciones del Agnus Dei.

Dúo Blawvingers

  • P. Alonso y M. Barbagelata, piano a 4 manos. Obras: Bach-Kurtág, Mozart, Schubert y Poulenc. Lugar: Sala Delibes del Calderón. Ciclo: Músicos vallisoletanos, de J.M. Valladolid, Teatro Calderón y FMC.

La 'Sonata nº 5 en Do M.' es pieza difícil de interpretar porque exige mucha finura, elegancia y buen gusto, por las 2 secciones repetidas de cada movimiento y su coda, propuestas por un Mozart en Viena, alegre y con humor. 'Blawvingers' la expuso atendiendo a esas características, con buen diálogo trabajado entre ambos, que salvó todas las dificultades. Tras Barroco y Clásico, vino el Romanticismo con Schubert y su 'Fantasía en Fa m.', D. 940, de lo más original en su escritura pianística, a medio camino entre lo tradicional y el poema sinfónico; sus 4 movimientos, exigentes por su riqueza melódica, estuvieron bien contrastados: moderado, turbulento (duro en lo técnico), brillante y vuelta a la preciosa melodía inicial, fuga, silencio y tranquilo final. Obra importante muy bien recibida.

El S. XX sonó, y muy bien por cierto, con la 'Sonata FP 8' de Poulenc, que sigue aquí la marca de Satie en espontaneidad, lirismo e ironía; ambos pianistas expresaron bien sus cantos en el Moderado, el II en el lento e infantil popular y muy exactos y ajustados en el vivo y complicado final. Sumaron todos los aplausos anteriores, correspondidos con otro Bach, arreglo a 4 manos de una obra organística.

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