Amancio Prada, cantante y compositor

«El público y el entorno son la resonancia de lo que canta el trovador»

-¿Sacar un nuevo disco en el 50 aniversario de su debut discográfico ha sido casual o voluntario?

-En parte ha habido casualidad y en parte intención. Llevaba tiempo queriendo lanzar este disco, pero se me cruzaron proyectos de poetas incomparables como Juan Carlos Mestre o como el de Bécquer en plena pandemia. Tenía pendiente sacar un disco regalando canciones antiguas y ofreciendo nuevos temas como ocurre en este 'Prada Prada'… y creo que era la mejor forma de celebrar los 50 años de mi primer disco.

-¿Revisitando 'Vida e morte' ¿Qué ha vuelto a descubrir de aquel debut?

-Fue la semilla de todo lo que vino después. Digo esto sin nostalgia alguna, ya que estamos en el camino, como diría Goytisolo. Aquellos años en París de la época de 'Vida e corte' fueron esenciales en mi vida. Encontré, por primera vez, una gran atención , ánimo y hospitalidad a mi música. En la edición física de este 'Prada Prada' hay una foto que me hizo Pablo Sorozábal en Segovia en la que aparezco con la gorra de aquellos años en París, cuando paseaba la gorra tocando en parques y en calles de aquella capital. Recuerdo aquellos años con mucho sentido y de una manera muy especial.

-En este disco vuelve al formato musical natural de violonchelo, guitarra y poco más…

-La esencia de una canción está en la letra y en la melodía… a veces no hace falta ni la guitarra. Por eso me interesa mucho esa orquestación natural, mínima y maravillosa que es la de la guitarra y los instrumentos de cuerda. Una canción debe someterse a esa prueba de cantarse apenas sin instrumentos. Yo vengo de esa estela de la canción popular de mis padres y de los mozos de mi pueblo que cantaban sin acompañamiento alguno…

-Sus nuevos versos y también los que canta de otros autores siguen exhibiendo lo bucólico, lo erótico, lo sensual y lo milagroso. ¿La vida y la naturaleza siguen siendo fuentes inagotables para los trovadores del 2024?

-La naturaleza es el espacio natural de esta vida que está llena de milagros… Es un campo de admiración que te sorprende con la forma de cualquier planta y de cualquier flor. Yo canto con tierra en los zapatos como diría Juan Ramón Jiménez. Todo es un milagro en la naturaleza: nacen plantas sin plantarlas… y ese arado marrón se transforma en verde y en dorado… Todo ello es maravilloso. Afortunadamente, sigo en contacto con la naturaleza más que antes, ya que ahora vivo en Urueña más que en Madrid.

-'Prada Prada' se cierra con 'Oración reflexiva', en la que canta dos citas pacifistas; una de San Juan de la Cruz y otra de una inscripción en la Basílica de Notre Dame en Argel… ¿Por qué ha pretendido este cierre de disco tan pacificador?

-Cuando cantaba con George Brassens en París le escuché la canción 'Mourir pour des idées', que era un alegato contra la violencia y el dogmatismo. En aquellos años, en España, teníamos el problema del terrorismo, que nadie sabíamos cómo abordarlo. Desgraciadamente, la guerra y el terror son temas de perenne actualidad y pienso que si hay alguna solución, esa es la del amor. «Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor» decía San Juan de la Cruz. Con la misma melodía que tenía ese dicho de luz y de amor de San Juan de la Cruz podría cantar también ese «Ruega por nosotros y por los musulmanes» que hay en la basílica de Argel. Me pareció importante cerrar el disco con estos versos.

-Lleva toda una vida siendo el trovador de nuestra lírica, por encima de tendencias, modas y cambios. ¿Qué se llega a sentir dentro de Amancio Prada cuando se canta tan en trance?

-Nadie se baña dos veces en la misma canción. Cada vez que cantas una canción es distinto. Por un lado abandonas la canción pero por otro lado siempre va contigo. Los sentimientos cambian dependiendo del espacio escénico en el que cantes o del sonido… pero sobre todo es el público el que condiciona todo. El público y el entorno son la resonancia de lo que canta el cantante o el trovador. Tú sales al escenario y normalmente siempre sucede algo con el público que haga que a partir de ahí ya tires hacia arriba sin volver atrás. Esa es la magia de todo.