El pianista vallisoletano Óscar Lobete vuelve a la clásica

«Toco un repertorio muy amplio. Algunas obras te gustan, otras te encantan. Seleccioné una veintena e hice arreglos muy libres sobre ellas», cuenta el músico que ha gestado este proyecto durante los dos últimos años en Portugal donde se estableció tras trabajar con Maria Joao Pires en su Centro de Belgais para el Estudio de las Artes.

«Es un disco instrumental, solo piano, en general son andantes o adagios». El primer tema se dará a conocer el 1 de septiembre en plataformas digitales y es una interpretación de una partitura de Johann Christian Bach. Aunque reconoce que el padre le impone más que el hijo, también hay obras basadas en el cantor de Leipzig además de Shostakovich, Prokofiev,Schumann y su esposa Clara.

Tras el éxito de 'Diario de un músico', con colaboraciones de Josemi y Antonio Carmona además de Benjamín Prado, el sello discográfico le abrió las puertas al siguiente álbum. «Hubo un disco muy famoso de Karajan que se llamaba 'Adagio' y se convirtió en un superventas para dormir», dice riendo el alumno de Alicia de Larrocha.

«Siempre quise hacer algo así. A la gente joven no la puedes acercar a al clásica, cada música tiene su edad. Lo puedes acercar a quien no la conozca pero se compró el disco de Karajan. Es un álbum para gente que quiere relajarse, desconectar, ponerse algo suave», cuenta quien sintió esa necesidad en un determinado momento.

«Hace dos años me diagnosticaron bipolaridad extrema. Para curarte lo primer es cambiar de vida, mantener unos horarios, la medicación y no alterar tus costumbres. Yo trabajo tres días a la semana en el conservatorio y el resto puedo estudiar y componer arreglos. Yo soy un picaflor pero dije que no a la siguiente gira de Sabina porque quería quedarme un poco tranquilo». El disco es parte de la banda sonora de la sanación de Lobete. Saldrá a la venta el 20 de noviembre, tras el recital el 17 de ese mes en Madrid. En diciembre lo presentará en el Auditorio Nacional de Ciudad de México.

Como repertorista sigue acompañando a sopranos y trabaja con una orquesta de la India a la que dirigirá el próximo año desde el teclado, cuenta mientras deja golosinas en el suelo para Bernstein, su perro. El maestro estadounidense es uno de sus dos tótems musicales junto a Falla, de quien grabó sus 'Siete canciones populares'. Si Ketama le cambió su visión de la música, «con ellos me di cuenta de que lo aprendido en el conservatorio era apenas una décima parte de lo que existe», el flamenco lo llevaba de fábrica desde que se entusiasmó con el compositor gaditano siendo estudiante.