Miguel Ángel Fernández Llamazares: «Ojalá la cultura no estuviera tan centralizada, en León hay mucha afición musical»

Nunca ha dejado el escenario, siempre le ha gustado la música de cámara. «Desde que era estudiante me gustaba participar en distintas agrupaciones, aunque fuera como violinista acompañante. Luego formé dúo con Julia, Ad Libitum, y llevamos 20 años tocando juntos. Sin ser solita te da pie a expresarte y hay tal cantidad de repertorio para piano y violín que no hemos dejado de estudiar y tocar, aunque nos hemos ido especializando en música española del XIX y XX». Y de ahí a la Orquesta de Cámara Ibérica. «Tocamos sin director, con concertinos invitados y eso implica por igual a todos los músicos. En una orquesta grande confías en el director, aquí todos somos parte de todo. Hemos grabado un par de discos, hemos hecho estrenos, el último el de María de Pablos. No somos una orquesta profesional pero está formada por músicos profesionales».

El confinamiento le ha llevado a trabajar más en el dúo, Julio además de la pianista es su pareja, y ha diseñar la 33ª edición del Festival de Música Española de León que dirige. «No hay nada fácil y estamos acostumbrados a luchas contra las inclemencias, así que este año si no hay sustos de última hora lo celebraremos también. Nos adaptamos a todo tipo de penurias. Vendrá la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en versión reducida. Estrenaremos la 'Cantata del éxodo', de María José Cordero, que se inspiró en las masacres de Ruanda de 1994 y ahora la ha reescrito, con coro de cámara y nuestra orquesta. Cordero fue directora del Conservatorio de Ponferrada y escribe música con muchos efectos, ella es cantante y conoce bien los recursos vocales. Hace dos años hicimos una de sus sonatas. Haremos otra obra de Isabel Urueña, poeta y compositora y de Marina Martínez, la discípula de Haydn». Los cursos de verano de Valencia de Don Juan se verán reducidos a clases individuales y conciertos en la calle. «Habrá menos alumnos por el miedo, pero intentamos mantenerlo».