Secciones
Servicios
Destacamos
Programa variado, intenso y curioso el que ocupa los atriles de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León esta semana. El nombre propio es el de Roberto González-Monjas, el músico vallisoletano que viene en calidad de violinista y en quince días lo ... hará como director. Interpretará el 'Concierto para violín nº1', de Karol Szymanowski, escrito en 1916 y sin embargo, obra contemporánea, como los tres 'paisajes' encargados a otros tantos jóvenes compositores españoles y como el 'Mahashakti', de John Taverner, que se estrena en España en el Miguel Delibes.
González-Monjas (Valladolid, 1988) tiene una relación especial con la música del XX y del XXI. «Mis raíces son Mozart y Beethoven, he tocado a Brahms, Sibelius o Mendelssohn. Pero hay tanta gente brillante que los toca tan bien que me da reparo. Me siento más afín a Shostakovich, Gibaidulina, Szymanowski o Salonen, creo que ahí tengo una voz que hacer valer. Puedo ser un buen abogado que acerque con cariño sus obras al público. Intento defender esas piezas de forma honesta», dice Roberto que hará doblete como solista en este programa.
Textura impresionista
«Es un sueño poder hacer tanto el concierto de Szymanowski como la obra de Taverner con la OSCyL. Szymanowski es, junto con Britten, uno de los genios del siglo XX olvidados o poco valorados. El polaco tiene una sensibilidad exquisita, esta es su obra más representativa, con más enjundia orquestal y melódica.Es como si juntas aDebussy y Ravel y los llevas más adelante en el tiempo, con una textura superimpresionista. Es una música que necesita ser estudiada, comprendida y tocada más, tiene que ser defendida con cariño. Cada vez hay más gente que la toca». Y tras el concierto, la obra del británico John Taverner (1944-2013). «Es un compositor muy espiritual, toda su obra tiene una inspiración mística. Esta pieza es como un mantra, como una guía de meditación. Tanto el concierto como esta 'Mahashakti' son obras muy sensuales, muy femeninas. Taverner es difícil de tocar no por exigencia virtuosística sino porque exige concentración, es hipnótica, un viaje a un estado superior. Tiene un color precioso».
González-Monjas ha priorizado su trabajo de solista y de director por encima del de concertino y docente y se estrena esta temporada como director artístico de la Dalasinfonettan, orquesta sueca radicada en Falun. Junto con los conciertos de abono se hace cargo del festival internacional de música de cámara Vinterfest, que se celebrará los días 14, 15 y 16 de febrero, «con un metro de nieve, en la noche perpetua sueca. Tres conciertos diarios en los que habrá de todo, en torno al mito de Prometeo», explica el vallisoletano que vive en Winterthur (Suiza), donde dirige la Musikkollegium. «Después de siete años en los que no he tenido un día libre, me estoy dedicando a lo que quiero hacer, la música que quiero tocar y dirigir. Cada tres o cuatro semanas, mi agenda tiene un agujero de una libre, para viajar por placer, estar en casa, con mi pareja o mi familia, para cocinar o no hacer nada».
Sabe que es pronto para Mahler o Bruckner, por eso no deja sus raíces clásicas y avanza con Beethoven, «el más universal de todos los tiempos, el que llega a todo el mundo con mensaje distinto, el que aborda un mundo distinto en cada obra». El 29 y 30 de noviembre dirigirá 'Las criaturas de Prometeo', el ballet del de Bonn. Completan el programa de esta semana Prokofiev y tres obras encargadas a los compositores ganadores del concurso anual convocado por la OSCyL. El 'paisaje' de González Escalera es un 'Viraje perpetuo: Las hoces del Duratón', el de Nuño Fernández, una 'Evocación del monasterio de San Pedro del Arlanza', y el de Estelche recorre el 'Valle del Silencio'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.