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Siempre se ha mirado a la Edad Media como a una etapa histórica oscura en lo cultural. Sin embargo, en la Península Ibérica imperó durante siglos un crisol de melodías diversas, tanto cristianas, como musulmanas y judías. La música sacra cristiana revivió el 19 de ... agosto, en un concierto interpretado por Luis Delgado y César Carazo, en la iglesia San Juan Bautista de Cabezas del Villar (Ávila) a las 21:30 horas. Para abrir oído, Luis Delgado, músico, compositor y experto en música andalusí y medieval – también posee el Museo de Instrumentos de Urueña– responde a algunas preguntas.
– ¿En función de qué criterio han elegido César Carazo y usted el repertorio para Cabezas del Villar?
– Nos pidieron que fuera un repertorio de música sacra, así que hemos elegido un repertorio que no es íntegramente de música eclesiástica, pero parte de ahí para terminar con música tradicional.
– ¿Cómo se relacionan la música medieval y la música tradicional con sus respectivas épocas?
– Funcionan bien juntas, la parte medieval es una música que se cantaba en los monasterios en distintos tipos de oficios: empezamos con el Liber generationis Iesu Christi, por ejemplo, que es de un manuscrito del siglo XVI que se conserva en Toledo. Según avanzamos, vamos dando saltos en el tiempo y luego pasamos a un romancero tradicional, una saeta marchenera, la Pasión, el Canto de los Auroros... Yo creo que la música medieval combina bien con la tradicional porque al final ha quedado mucho de una en la otra.
– ¿Qué sonoridad ofrece una iglesia como la de San Juan Bautista?
– La sonoridad es magnífica, la que tiene que ser. Hay un punto histórico en el que las iglesias empiezan a crecer demasiado y ya tienen mucha reverberación, aunque el público suela amortiguarlo bastante. Para nosotros este formato de concierto es un verdadero placer.
– ¿Por qué un concierto en agosto?
– Estos conciertos son muy interesantes y recogidos, la gente tiene una actitud de ocio porque está de vacaciones. Me gustaría animar a los municipios, en particular a esos que tienen inviernos largos y que en verano parecen reverdecer con la visita de turistas, a programar actividades como éstas porque le dan vida al pueblo.
– ¿Mejor iglesias pequeñas y menos aglomeraciones?
– Efectivamente, en este tipo de música, si te metes en auditorios muy grandes tienes que recurrir a amplificación y de alguna forma se desvirtúa el sonido propio de los instrumentos medievales.
– Trabaja a menudo con César Carazo, ¿qué opina de él como músico?
– César tiene una voz privilegiada y es muy experto en cuestiones medievales, yo creo que es el cantante que más cantigas de Alfonso X ha grabado. Da un juego muy interesante porque mientras canta toca la viola de brazo, una práctica muy habitual en trovadores pero no tan común en los cantantes actuales, que se suelen centrar en la voz y no tocan instrumentos.
– ¿Cómo se compaginan para preparar el concierto?
– César y yo llevamos unos treinta años trabajando juntos... No te voy a decir que ensayamos por teléfono pero casi (risas). Tenemos muchos recursos acumulados. Cada uno prepara las piezas por su lado porque César vive en Sevilla y yo en Urueña. En este caso, dos días antes tenemos concierto en un pueblo que se llama Hecho, en Huesca, así que quedaremos antes y prepararemos ambos, pero el repertorio está hecho porque todas las canciones las hemos preparado ya en un momento u otro.
– Deduzco que los instrumentos que utilizarán pertenecen al museo que tiene en Urueña. ¿Cómo se conjuga su uso con su conservación?
– Algunos de los instrumentos que utilizamos no están en las vitrinas, pero hay otros que sí y los mantenemos a punto. Los que entran y salen son los que mejor están, porque el instrumento que pasa mucho tiempo en la vitrina de alguna manera empieza a palidecer. Cuando se sacan se deja un cartelito y luego se vuelven a incorporar cuando acaba la gira.
– ¿En qué situación se encuentra el Museo de Instrumentos de Urueña? ¿Hay novedades?
– ¡No deja de haberlas! Ahora por ejemplo tenemos una exposición de instrumentos sagrados en la catedral de Jaca y tenemos algunas piezas de la colección allí, pero también hemos recibido recientemente un tar de Uzbekistán, un dutar de Albania y un chonguri de Georgia, todos instrumentos que nos ha cedido Carlos Beceiro, un buen amigo.
– ¿Cuántos instrumentos comprende ahora la colección completa?
– Estamos en 1.300, aunque se exhiben 600 por espacio material.
– ¿Qué enseñanza tienen la música y la sociedad medievales para la música y la sociedad de hoy?
– La música en la sociedad actual tiene una presencia completamente diferente a la que ha tenido. Hace sólo 50 años, la música sólo aparecía en momentos señalados. Ahora la música es casi una imposición: entras a un bar y hay música de fondo, en el tren también... La gente está empezando a ignorar la música, aunque no por ello la música pierde su valor trascendente; desde la música moderna, de baile, veraniega, hasta la música más seria que se pueda hacer, ésta nos habla de otro plano, de una conciencia. Las músicas medievales tienen otro pulso, otra velocidad, y hacen que te detengas un poco de tu cotidianidad. Yo creo que ahora mismo es imprescindible acercarse a ese otro ritmo, el estrés de las grandes ciudades no nos beneficia.
– ¿Cree que la música presente es un reflejo de cómo vivimos?
– Sin duda, todas las artes son un reflejo de la sociedad en la que se manifiestan. Aunque nuestra música actual habla mucho del presente, si te fijas, en cuanto hablas de cualquier terapia, lo que aparecen son músicas mucho más reflexivas.
– ¿Se vive con expectación el concierto en el pueblo?
– Yo creo que sí, por las noticias que me llegan hay bastante interés. Al ser verano, la gente está deseando que haya cualquier actividad que le aporte inspiración.
– ¿Algún nuevo proyecto que se pueda desvelar?
– ¡Sí! Ahora mismo, los Músicos de Urueña estamos preparando un disco de las tres culturas para el Museo Vivo de Al-Ándalus, en Córdoba. También grabamos en estudio un disco nuevo de Amancio Prada que tratará sobre la obra del poeta Carlos Mestre. Además, de manera independiente yo estoy metido en dos programas de divulgación científica para el planetario de Madrid, una especie de documentales que se proyectan en la cúpula del planetario y que requieren una música especial. El planetario celebrará una reinauguración en octubre y estamos colaborando para confeccionar un programa para niños y otro para adultos.
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