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Su relación comenzó como restaurador del pianoforte y el arpa de la Casa de Zorrilla y ahora Víctor Javier Martínez expone su colección de ... instrumentos históricos en la Casa Revilla. 'De la palabra a la música', con piezas del XVI hasta el XIX, podrá verse hasta el 28 de abril. Junto a los instrumentos, los tratados originales que han permitido al pianero fundamentar sus intervenciones para devolverlos a la práctica musical. Todos pueden ser tocados a excepción de un salterio, «porque antes de restaurar cada instrumento me da la información de las técnicas y materiales usados en su construcción».
Las piezas estrella de esta soireé son dos arpas construidas en París por el artesano Pierre Challiot en torno a 1810. «Una es la de la Casa Zorrilla, la más alta, con el número de serie 289 y la otra mas pequeña, un poco anterior, con el número de serie 285. Son como dos hermanas que se reencuentran doscientos años después», explica Víctor. Están custodiadas por un pianoforte de mesa firmado por Juan del Mármol (Sevilla, 1794) para Carlos IIIy un clavicordio alemán del XVIII también. «Estas arpas tocan habitualmente, una de ellas con el pianoforte de Zorrilla, que es la única pieza que no hemos movidos de su sitio», apunta el restaurador. Razón, tiene conciertos que dar en la Casa, para las celebraciones de los 207 años del poeta.
Música y poesía estuvieron siempre juntas en las casas burguesas, donde en el XIX los instrumentos musicales pasaron por un mueble u ornamento más. Mucho antes la guitarra se despegó de la vihuela y comenzó a evolucionar hacia el instrumento actual. Víctor Martínez aporta una guitarra gala de mediados del XVIII, con cinco órdenes doble de cuerda, diez trastes y una roseta primorosamente recuperada. «Restaurar parte del estudio de los materiales y técnicas de la época. Por ejemplo entonces se usaba mucho el marfil, ahora está prohibido, o el nácar y el carey. Debajo de cada tecla de un pianoforte hay pelo de ballena, si pongo un muelle me cargo su sonoridad, tengo que respetar los materiales», cuenta Víctor que busca en mercadillos y subastas los elementos que necesita. «Por ejemplo, hay marfil en los corsés de las señoras, se hacían las varillas con marfil. Busco esas cosas». La música fue durante siglos el exponente tecnológico de su época. «Solo competía con ella la relojería, ningún artefacto concentraba más saberes técnicos», aclara este músico e historiador del arte que logró concentrar sus dos pasiones durante el doctorado, «ya que no hay cátedra de restauración de instrumentos en España». Desde hace dos años, tras casi dos décadas de estudio, puede vivir de esta actividad. «Me llaman del Palacio Real, cada vez de más instituciones que tienen instrumentos pero que hasta hace poco ni se mostraban por estar en mal estado».
Un vídeo muestra el sonido de los salterios y órganos portátiles que completan el recorrido visual. Campanas litúrgicas de la Corte de Carlos V o el tratado de organología, con otro único ejemplar que custodia la Biblioteca Nacional de París, completan la muestra.
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