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No hay programa sin cambios en este 2021 y, si en los anteriores conciertos fueron los solistas, esta semana ha sido el director. Las restricciones en los movimientos de los británicos han impedido que Andrew Gourlay vuelva al podio en el que fue titular para ... hacer la 'Quinta' de Mahler y le sustituye Mihhail Gerts. El estonio debuta en España con la Sinfónica de Castilla yLeón (OSCyL).
Será de nuevo un concierto sin público, en el que a los ensayos con los 87 músicos que ocuparán el escenario ampliado del Miguel Delibes, les suceden media docena de técnicos ajustando sonido y luz, entre pantallas de metacrilato para separar a los vientos. Mahler será la gran prueba para la retransmisión en streaming de la masa orquestal.
Todo director ambiciona medirse en el maratón de los grandes sinfonistas. Gourlay había dirigido a la OSCyL en la 'Novena' y la 'Décima' de Mahler. Ahora iba a enfrentarse en la que es una bisagra del ciclo. Gerts así habla de la 'Quinta': «Es un cambio. Después de las cuatro primeras sinfonías en las que estaba la voz humana como vehículo de expresión, decide hacer una sinfonía puramente instrumental. Todo lo que quiere decir lo hace con música orquestal. Y por supuesto, está su toque personal, en ese momento envía una carta de amor a Alma, el famoso adagietto. Todo ello junto al Mahler profeta musical que describe en esta sinfonía el mundo que iba a venir, el de las guerras, la paz, el amor y la tragedia». Aunque no ha frecuentado mucho al bohemio, «sí he transitado por las obras que llevan a él, la música de Bruckner y la de Wagner. Pero mi clave para llegar a Mahler es un escritor, Stefan Zweig. Su literatura es pareja al lenguaje musical de Mahler, cuenta la Viena y ese mundo de comienzos del siglo XX», dice Gerts, formado y establecido en Berlín.
Mahler fascinó a Thomas Mann, que eligió su nombre para el protagonista de 'La muerte en Venecia' (1912). Y Visconti cerró el círculo con el colofón de la película homónima (1971) y el adagio sonando en la escena final. Ese Mahler de aura literaria, alimentada por los recuerdos publicados después por Alma y por la aportación de todos sus coetáneos, poco tiene que ver con el director vienés que aspiraba a ser reconocido como compositor y que travistió el judaísmo familiar con un cristianismo más favorecedor a sus intereses profesionales.
Fantasía ilimitada
«No fue para nada un mito de su tiempo. Tuvo un éxito sensacional en el podio pero le costó despuntar como compositor. Llegó a decir 'ojalá pudiera oír mis sinfonías dentro de cincuenta años'. Ymedio siglo después fue Leonard Bernstein en Estados Unidos quien las dirigió. Escribió una música increíble, demostró un profundo conocimiento de la orquesta y una fantasía ilimitada. Mahler supo volcar toda su emocionalidad en las partituras y auguró todo lo que vendría después».
En cuanto a lo que su música ofrece al público de 2021, Gerts lo tiene claro: «Todos encontramos algo nuestro en Mahler. Es una música para perderte, escucharla es como mirar las estrellas en una noche despejada. Es una confesión de amor, de sentimientos y, a la vez, anuncio de la tragedia. Su alegría es como pasear en volandas, como levitar. Ya la vuelta, la tragedia. El contraste es la esencia de Mahler».
Mihhail Gerts está retomando la agenda. «Como todos los artistas, he sufrido tantas cancelaciones que ya ni las cuento. Vivimos lo mismo en todas partes, son momentos de extrema dificultad y a la vez, la nueva vida.Durante un año no ha habido contacto con el público, la esencia de nuestro trabajo. Pero personalmente encuentro nuevas cosas que leer, estudiar, escribir, proyectar, intentado aprovechar el tiempo. Mi siguiente destino es un proyecto en Bélgica, veremos si se puede realizar».
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