Miguel Poveda exhibe su versatilidad flamenca en Valladolid

Poveda y el prestigioso arreglista y músico Joan Albert Amargós –que también estuvo sobre el escenario– han realizado un trabajo de adaptación de obra ajena que se convierte en suya a través de arreglos flamencos impregnados de naturalidad y de fluidez popular.

Serrat, Camarón, Omar Alfano o Lorca son empastados con verdadero talento logrando que el público participara anoche entre el respeto, la atención y la entrega. Y es que Poveda ha escogido canciones con historias que remueven. La muerte, la infidelidad, la pérdida o la homofobia salieron a escena como personajes de toda una obra repleta de música, de expresión, de interpretación.

Flanqueado por dos palmeros, dos guitarras, trombón, percusión y piano, Miguel Poveda comenzó reivindicando la transgresión de Camarón reviviendo, nada más y nada menos, que 'La leyenda del tiempo'. Minutos antes se dirigió al público animándole al 'escapismo' que propicia la música. En una jornada protagonizada por las manifestaciones, Poveda animó a su audiencia a «salir de este concierto algo menos contaminados que lo que nos acontece… porque hoy manda la música». La obra de Lorca no tardó en salir a escena. Poveda realizó una sobria interpretación de 'Oye, hijo mío, el silencio' para después ofrecer un arreglo de la 'Oda a Walt Whiteman', cuyo mensaje y huella sigue repleto de memoria y también de reivindicación. 'El gran varón', de Omar Alfano, extendió el mensaje anti-homofóbico con 'El gran varón'.

Tras un popular 'medley' revisitando a Los Chichos, Poveda ofreció una segunda parte arraigada en el flamenco puro. Sin prácticamente acompañamiento musical, el cantaor exhibió su pulmón a través de todo un clásico cante de faena como es 'Soy como el oro' , así como los 'Tangos del Piyayo' y otras piezas que aún seguían sonando al cierre de esta edición.