El 'Mesías' ardiente de Egarr

Egarr, que cuenta con dilatada experiencia, dirigió con una capacidad extraordinaria para comunicar con todo su cuerpo. Su versión fue espectacular. Tal vez no tan académica como podría esperarse, pero llena de musicalidad. No dejó escapar ni un detalle, marcando con claridad y consiguiendo el principal motivo del concierto: la participación. Los coros estuvieron a muy buen nivel y se dejaron oir con fuerza en los «fortes», que el propio Egarr les pedía con el gesto. El director llevó con cuidado a la coral 'Barcelona Ars Nova', bien preparada por Mireia Barrera, que cantó con voces uniformes y afinadas, las partes más complicadas. Las dimensiones de este espacio, impiden mencionar los muchos momentos brillantes de una tarde plagada de buena música.

Entre los solistas, la soprano Mhaiari Lawson, lució un bello timbre en toda la tesitura, destacando en todas sus intervenciones y especialmente en las dos arias 'How beautiful are the feet' y 'Their sounds gone out into all lands', previas a la llegada del 'Hallelujah', que el público ovacionó con fuerza. Los demás solistas, también tuvieron felices momentos, como el Aria 'The trumpet shall sound', donde el bajo Andrew Foster-Williams se las vio con la trompeta, o la delicadeza de la contralto Caitlin Hulcup, en las medias voces. El tenor James Gilchrist preparó la llegada serena de EL Mesías con unos 'pianos', muy meritorios en su 'Confort ye my people' del comienzo. Los aplausos obligaron a la repetición del Aleluya, con el que se cerró un concierto que agotó las localidades.